Ciertamente en estos tiempos los avances han impulsado un crecimiento acelerado en el uso de la tecnología, especialmente cuando se trata de las redes sociales.
Incluso algunas personas han dejado su trabajo convencional para improvisar en pautas que en las redes se manejan como lo último en las tendencias.
Tal es el caso de Charna Rowley, de 22 años, quien renunció a su trabajo administrativo para dedicarse a ingerir comida rápida para llevar frente a una cámara en sus redes sociales.
Charna decidió filmarse a sí misma consumiendo alrededor de 5.500 calorías por comida y después publicar las imágenes.
Su objetivo final es llegar a comer 10.000 calorías en una sola sesión.
Después de que Charna renunció a su empleo anterior como trabajadora administrativa buscó un trabajo a tiempo parcial para tener más tiempo para comer y hacer los vídeos.
Charna quiere convertirse en la primera estrella del «Mukbang» del Reino Unido, siguiendo esta tendencia que comenzó en Corea del Sur.
“Solo tengo que demostrar mi confianza. No importa sin tengo restos de comida en uno de mis dientes o alrededor de mi boca porque a la gente le encanta lo graciosa que soy”, dijo Charna.
En muchos de sus vídeos Charna aparece con su novio, con quien mantiene una relación de casi un año.
La joven confiesa que la mayoría de las veces no responde a los comentarios negativos que critican su aumento de su peso.
«Lo disfruto y me da confianza, y ahora que puedo monetizar mi canal, responder a las solicitudes de los usuarios, puede llegar a convertirse en un trabajo a tiempo completo» añade Charma.
Aunque Charna sabe que tiene algunos kilos de más, insiste en que mantiene su salud controlada gracias a sus cuatro sesiones de gimnasia a la semana.
Su madre Marsh, de 45 años, inicialmente lo vio como un pasatiempo, pero una vez que se dio cuenta que era la pasión de su hija y estaba teniendo éxito cambió de opinión.
“Ella quizás lo vio como un hobby, pero después de que lo vio como algo serio piensa que debo hacerlo mientras soy joven y tengo la oportunidad», dijo Charna.
Esta joven revela que comer frente a las cámaras ha afianzado su autoestima. Añade que le gusta que sus seguidores le digan qué hacer.
«Se trata de encontrar el equilibrio, y reconozco que si lo peor que me puede pasar es que me digan que estoy pasada de peso, realmente no me importa lo suficiente como para dejar de hacerlo«.
Esta joven lleva gastados aproximadamente 1.300 dólares en la financiación de dos vídeos por semana que duran menos de media hora.
“¡Me haces apreciar tanto la comida! Me encanta”, escribió uno de sus seguidores.
Realmente hace unos algunos años atrás sería muy descabellado pensar que alguien abandonara su trabajo de tiempo completo para dedicarse a ingerir comida para llevar frente a una cámara.
Lo cierto es que esta joven asegura que es feliz comiendo y trasmitiendo cómo lo hace en las redes. Comparte esta historia y déjanos saber que opinas de esta tendencia que se ha vuelto viral.