Todos los oficios tienen sus complicaciones y sus riesgos, por eso es tan importante disminuir el peligro cumpliendo con todas las normas de seguridad posibles. Para los reporteros que participan en programas de televisión transmitidos en vivo, cualquier error puede dañar su carrera para siempre.
Tal como sucedió en Polonia, cuando una reportera le realizaba una entrevista a una artista dentro de la privacidad de su propio taller. Todo iba bien, hasta que la reportera da un paso hacia atrás sin voltear y, sin intención alguna, derriba una escultura que estaba justo detrás de ella.
No se sabe con exactitud cuál era el material de la escultura, pero lo que sí se sabe es que al caer se partió en muchos pedazos. La expresión de las dos mujeres que se encontraban en la entrevista lo dijo todo: la reportera estaba demasiado apenada y sin saber qué hacer; mientras que la artista no pudo ocultar su molestia.
De inmediato, ambas se agacharon para recoger el pedestal que se había caído y la escultura misma, logrando rescatar dos o tres partes de ella. La transmisión en vivo no fue interrumpida y la escena demostraba que ninguna de las dos se encontraba cómoda con la bochornosa situación.