No podemos negar que como sociedad estamos rodeados de esquemas tradicionales donde la gente accede a comportarse siguiendo ciertas reglas, terminar una carrera, casarse, tener hijos y formar una familia donde a pesar de las diferencias siguen siendo una familia.
Pero ¿qué pasa cuando eres alguien con determinada edad y aún no eres parte de ese sistema social tan marcado? Kate Wilson tiene 30 años de edad y es una de esas personas que ha tenido que lidiar con fuertes comentarios solo por tener 30 años y aún estar soltera.
Solo en Estados Unidos hay 433.000 niños que necesitan un hogar de acogida.
Para muchas mujeres casarse y tener hijos puede ser el sueño ideal y el plan de vida perfecto, algo que pueden realizar muchas, pero Wilson no lo estaba haciendo, así que durante mucho tiempo se empezó a cuestionar y preguntarse si algo estaría mal con ella.
Después de todo, es lo que muchas personas piensan al ver una mujer pasada de sus 30 años soltera, y sin mayor compromiso que el de vivir un día a la vez.
El 01 de enero del 2018 se inscribió para ser madre adoptiva.
Aunque Wilson siempre supo que quería tener hijos, pronto se dio cuenta que esto estaba cada vez más lejos al comprender que los hijos, para ella, dependían de una cosa: casarse. Destaca que desde pequeños nos enseñan cosas como:
Primero viene el amor, luego viene el matrimonio y luego viene un bebé en el cochecito. Pero y ¿si no puedes llegar a amar?”
Cuando Wilson se dio cuenta que estaban pasando los años y aún el hombre de sus sueños no aparecía, decidió dejar de esperar y actuar para poner en marchar lo que deseaba.
Hace dos años llenó algunos formularios para convertirse en madre adoptiva. Tenía dos razones muy importantes para hacerlo: “tenía una necesidad y vio una necesidad”.
Los hogares de acogida son una medida de protección para los niños, que por diversas razones, no pueden vivir con sus padres.
Al saber que había cientos de miles de niños sin hogar ella quería ayudar al menos a uno.
A pesar de tener muchas personas detrás que le decían que eso no era lo correcto, ella decidió arriesgarse.
El 27 de agosto a las 11 de la mañana recibió la llamada que cambió su vida.
Wilson solo quería adoptar a un niño, pero cuando la contactaron los del sistema de acogida le dijeron que había una niña de dos añitos que necesitaba un hogar desesperadamente, era la menor de 4 hermanos, los otros tres ya habían sido ubicados en hogares de acogida.
Sin perder tiempo pautaron una cita, pero todo cambió cuando al llegar vio cuatro rostros que sin saberlo cambiaron su vida para siempre.
Muchos de los padres de acogida terminan adoptando a los niños para siempre.
Diez meses después de haber comenzado todo el proceso, los cuatro niños se mudaron a la casa de Wilson, no solo se mudaron estos angelitos, la madre biológica había tenido otro bebé y también fue adoptado por Wilson.
Ahora ella sería su nueva madre, una madre dispuesta amarlos y consentirlos sin límites.
Los niños tienen dos madres que quieren lo mejor para ellos.
Muchas personas cuestionaron su decisión, sobre todo el hecho de mantener contacto con la madre biológica de los niños.
Ella resalta que es muy afortunada porque a diferencia de muchos otros casos tiene una excelente relación con ella. Al respecto Wilson comenta:
Sí, tienen otra madre y no me da miedo compartir su amor. El hecho de que la amen no significa que no me quieran.
Hay suficiente amor para todos y quiero que crezcan sabiendo que pueden hablar de ella, que pueden amarla y que pueden extrañarla sin tener miedo de lastimarme. No es una ni es la otra, estamos juntos en esto”.
El plan de Wilson era solo adoptar a una pequeña niña, pero cinco niños estaban destinados hacer de ella y decirle esa palabra mágica que une tantos corazones: mamá.
Solo basta tener en brazos a un niño de acogida para que tu realidad cambie. Todos los niños merecen ser amados y protegidos. Comparte este hermoso gesto de amor.