Para una madre no hay nada que pueda ser más devastador como la partida de un hijo para siempre.
Conforme pasa el tiempo, el dolor se acrecienta y por más que todo el cariño y el apoyo de la familia y los allegados traten de suplir en algo esa pérdida irreparable, no hay nada que pueda confortar a una mujer a la que la vida le ha arrebatado lo que más amaba.
Es por eso que cuando se tienen que despedir de lo último que les queda de la memoria de su hijo, no se miden para que su pequeño tenga el mejor lugar para que su cuerpo descanse en paz el resto de sus días.
Es lo que le sucedió a esta pobre mujer, Jo, una mujer de Malvern, Inglaterra, madre del pequeño Max Corbett-Gardener que perdió la vida con apenas 4 años de edad.
Despedirse de su hijo para esta madre soltera fue la cruz más dolorosa por la que ha tenido que atravesar en su vida, fue por eso que quiso que su lápida fuera lo más especial posible.
Era la manera que tenía para que tangiblemente su hijo desde el más allá supiera cuánto lo amaba, y a la vez tuviera un lugar acogedor donde ir a llorar la ausencia de su pequeño niño.
Max sufría una severa epilepsia que se complicó y terminó con la vida del pequeño.
La madre de 42 años ordenó una lápida en forma de estrella, que tenía un osito sobre ella. Pero al no disponer del dinero suficiente para pagarla, decidió trabajar horas extras y ahorrar durante 3 años hasta finalmente poder pagar los casi 3.500 euros que costaba la decoración que ella quería para la tumba de su hijo.
Max, nuestro valiente pequeño soldado, reza la inscripción de la lápida.
Cuando la madre finalmente pudo poner la lápida que tanto había soñado para su pequeño, un aliento de tranquilidad volvió a su alma. Pero tristemente, esto no duraría por mucho tiempo…
Apenas 3 días después de ser colocada, fue para dejar flores frescas para su pequeño Max, y su corazón se desgarró por completo al darse cuenta que la lápida que había puesto con tanto cariño y esfuerzo simplemente había desaparecido.
Los encargados del cementario revelaron que otra familia se había quejado y tras denunciarlo, las autoridades locales habían procedido a quitarla sin dar ninguna explicación a la madre de Max.
El Ayuntamiento de Malvern explicó que la tumba de Max estaba en la zona de adultos y por ese ridículo motivo la habrían retirado, porque en esa zona no está permitido ese tipo de lápidas.
Además, la habrían retirado porque al parecer Jo no había solicitado el permiso que requiere para hacerlo.
Jo, por su parte, manifestó sentirse totalmente indignada:
“Hemos sufrido mucho, y lo hubiese entendido si la tumba hubiese estado descuidado o de mal gusto, pero no es el caso. La lápida significa mucho para la familia, y ahora luchamos para se pueda volver a poner. Solo queremos tener un lugar donde llorar”.
«Habría sido el séptimo cumpleaños de Max el domingo, y esto fue como un regalo de cumpleaños para mí», dijo entre lágrimas la madre.
Y explicó que el monumento fue erigido en el área de adultos del cementerio porque quería que su hijo fuera enterrado cerca de otros miembros de la familia, pero nadie se comunicó con ella para decirle que no le era permitido decorar la tumba con una lápida así.
Aunque existen normas que deben ser cumplidas, esta desde luego que no fue la forma de despojar a la pobre madre de lo único que tenía para recordar el cumpleaños de su hijo.
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