La etapa del embarazo suele representar nueve meses llenos de emociones y de ansias por la llegada del nuevo miembro de la familia. Muchas personas saben muy bien qué hacer para apoyar a la futura madre y compartir este momento tan especial.
Sin embargo, muy pocos saben cómo reaccionar cuando las cosas se complican y la madre debe enfrentar la pérdida del bebé.
Se estima que entre el 10 y 15% de los embarazos terminan con la pérdida del bebé.
Incluso en hospitales y clínicas se ha llegado a ver una terrible falta de empatía con quienes pensaron que se convertirían en padres. Un acto tan irresponsable como este, causa un enorme dolor en quienes ya se encuentran pasando por algo muy difícil.
Cuando Kaylee Allen estaba empezando su embarazo comenzó a sentir fuertes calambres y a sangrar muchísimo.
Kaylee empezó a mostrar síntomas en las séptima semana de embarazo.
Se dirigieron de inmediato a la sala de emergencias más cercanas. Sospechaban que había sucedido lo peor, así que pidieron a la encargada de la sala de emergencias una habitación en donde pudieran procesar todo con más privacidad.
La hicieron esperar durante media hora y cuando finalmente le dieron una habitación la enfermera salió de allí sin atenderla, sin explicarle nada y sin siquiera cambiar sus sábanas.
“Tienen que aprender a leer la situación y a mostrar un poco de empatía”.
El dolor no paraba, así que Kaylee pidió unas pastillas pero se las negaron por completo. Lo único que podía hacer era esperar a que un médico llegara y confirmara que había perdido a su bebé. A lo largo de horas nadie la atendió ni le explicó lo que estaba sucediendo con su cuerpo.
Kaylee podía escuchar a las enfermeras hablando en el pasillo sobre las citas que habían conseguido en Tinder.
A lo largo de los años todos los empleados de un hospital lidian con incontables situaciones como esta, pero para una madre y su familia es la noticias más dolorosa que haya recibido en toda su vida. No sabe qué lo provocó y en la mayoría de los casos piensan que se debió a algo que ellas hicieran mal.
“Es un momento de luto. Hay ansiedad y depresión”.
Al no recibir apoyo de los especialistas; esta situación es prácticamente insoportable. El caso de Kaylee Allen no es nada aislado. Centros de salud en todo el mundo han descuidado notablemente la manera en que apoyan a las madres a lo largo de este difícil proceso.
No se trata sólo de la pérdida del bebé sino de las consecuencias que esto tendrá en su salud física y emocional.
«Me trataron como un paciente que debe vaciar la cama lo más pronto posible».
Levantamos la voz en contra de este trato tan injusto e inhumano. Madres de todo el mundo merecen un equipo dispuesto a mostrar empatía, apoyo y todo lo necesario en medio del terrible dolor que significa perder un bebé.
Comparte este caso para exigir un cambio y apoyar a tantas mujeres que han tenido que pasar por esta situación.