Ayub Akhtar tenía sólo 33 años cuando murió y como muchas otras personas veía en la aplicación Uber una fuente de ingresos. Sin embargo, su empleo parece haberle costado la vida al infectarse de coronavirus después de que una pasajera tosiera frenéticamente en su automóvil.
Ayub era un hombre sano y en forma que vivía junto a su madre en Norwood, al sur de Londres y falleció el viernes pasado a causa del virus mortal que deterioró rápidamente sus pulmones.
Según la familia, Ayub se infectó tras recoger a una pasajera que tosió repetidamente en su taxi. El conductor comentó sus temores a la familia y comenzó con los síntomas del COVID-19 pocos días después.
“Nos contó sobre la señora que tosía detrás de él unos días antes y que estaba preocupado por eso. Entonces él también comenzó a toser y sintió frío todo el tiempo.
Teníamos la calefacción central encendida todo el día para ayudarlo. Podía escuchar su tos dolorosa desde mi habitación por la noche y que estaba luchando por respirar», dijo Yasser, el hermano de Ayub.
Saleha, hermana de Ayub, llamó a la línea de ayuda del NHS desde donde se le indicó cómo controlar la situación hasta que llegaron los paramédicos. Akthar fue ingresado en el Hospital Mayday en Croydon y fue trasladado al Hospital St. George, Tooting, donde falleció el viernes pasado.
‘”Estoy realmente asustado… reza por mí”, fue el último mensaje que Saleha recibió de su hermana.
Para esta familia todo sucedió muy rápido. Ayub llevaba seis años trabajando como taxista para ayudar a su madre a pagar le hipoteca de su casa. Yasser lo recuerda como un hombre sano, sin enfermedades preexistentes pero cuyo cuerpo no pudo soportar la potencia del coronavirus.
Ahora la familia está destrozada de dolor pero a su vez preocupada por todas esas personas que se exponen trabajando.
Los hermanos revelaron que aún no han podido ver a Ayub y desconocen cuándo podrían enterrarlo aunque debido a su religión hubiesen querido que esto ya hubiese pasado, pues acostumbran a realizar los entierros uno o dos días después del fallecimiento.
Por su parte, un grupo de amigos cercanos ha creado una campaña benéfica para ayudar a la familia con los gastos funerarios aunque, debido a la situación de emergencia que se vive por la pandemia, sólo está permitida la celebración de funerales con un máximo de seis u ocho asistentes.
Más que nunca estas personas necesitan de mucha oración para salir adelante, al igual que todos aquellos que se exponen para cumplir con su trabajo. Envíales tus bendiciones y comparte esta lamentable noticia.