La enfermedad de Miguel Enrique, de 5 años, ha desatado una ola de generosidad que parece no detenerse y el centro de toda la historia recae no solo en el pequeño paciente, sino en el automóvil que ha sido donado, rodado, encontrado, sorteado y devuelto.
El asunto puede sonar como un relato de nunca acabar pero ha tenido el más bello de los desenlaces y queremos compartirlo.
Miguel sufre de atrofia muscular espinal distal con insuficiencia respiratoria grave (SMARD), una rara enfermedad que compromete gravemente su desarrollo. Por ese motivo, su familia ha estado luchando para ayudarlo a sobrellevar su condición. Sin embargo, los gastos parecen afectarles cada día más.
Miguel necesita atención domiciliaria y seguimiento con enfermeras, fisioterapeutas, logopedas, neurólogos, nutricionistas, ortopedistas, nefrólogos, urólogos, cardiólogos, optometristas, dermatólogos, gastroenterólogos, endocrinólogos, otorrinolaringólogos, pediatras y otros especialistas para tratar los efectos de la enfermedad en todo su cuerpo.
Frente a esta situación y tras conocer su historia, un niño de São Paulo, Brasil, llamado Rafael decidió donar el automóvil a la familia, que vive en São João do Rio Vermelho, Santa Catarina.
El regalo llegaría como una gran ayuda para que Miguel pudiese continuar con su tratamiento pero tan sólo días después de ser donado un malhechor hizo de las suyas.
El Beetle que Rafael donó para Miguel fue robado.
Por fortuna y gracias a la rápida intervención de las autoridades, el automóvil fue encontrado intacto 10 días después del robo. Tras el gran susto, finalmente la familia de Miguel recibió el regalo que llegó en una grúa a su casa en Santa Catarina.
Ya con el obsequio en sus manos, los padres de Miguel pensaron que lo mejor sería rifar el automóvil. De este modo podrían recaudar más fondos para el tratamiento que vendiendo el vehículo.
Pero parece que el escarabajo insistía en quedarse junto a ellos pues la ganadora del sorteo, una niña llamada Cinthia Pereira, decidió devolver el premio a los dueños para que continuaran con una segunda rifa.
“Estoy encantada de ver a tanta gente haciendo el bien, queriendo dar lo mejor para un niño. Me da paz ver que hay muchos Rafael y Cinthia en un mundo donde muchas personas sólo piensan en sí mismos”, expresó la madre Juliane Cechinel.
El padre de Miguel trabaja de forma independiente y sus ganancias no le permiten pagar todos los gastos. Han sido los corazones generosos de los seguidores de su cuenta en Instagram, quienes han ayudado a solventar las facturas.
“Sinceramente, no puedo entender lo que hace Miguel en la vida de las personas. Algunos me han dicho que él cambió sus vidas, que conocer su historia fue un respiro para que despertaran a la vida”, comentó la madre.
Los llamados “Guardianes de Miguel” se han convertido en una verdadera ayuda para el pequeño y su familia pero en ocasiones, aún con las donaciones, no logran dar abasto a las cuentas. Por ese motivo sus progenitores están siempre ideando nuevas formas de recaudar fondos, como la rifa que desató la ola de generosas acciones.
Ayúdanos a dar a conocer la historia de Miguel, quizás la solidaridad de estos niños se contagie a otros y exista una persona o fundación que pueda hacer algo más por él.