Las personas que viven con una discapacidad funcional, especialmente las de tipo sensorial, son capaces de llevar su estilo de vida con completa normalidad, sin embargo, hay ocasiones o situaciones dentro de la cotidianidad donde estas personas necesitan la colaboración de los demás.
Tomar el tren puede resultar una tarea no tan sencilla para una persona ciega, por ejemplo, Roger Debman, un hombre de 56 años, cuenta con la compañía de su perro guía, Nevin, y este lo ayuda en su camino evitando peligros, además, los sistemas de transporte cuentan con una sección de asientos exclusivamente para personas con alguna discapacidad.
Sin embargo, días atrás Debman tuvo que vivir un bochornoso trato por parte de la compañía de transporte Virgin, el revisor lo obligó a sentarse en el suelo desde York hasta Peterboroug, un recorrido que toma alrededor de tres horas.
Debman denunció lo ocurrido en Internet y explicó que al momento de reservar los asientos no le permitían seleccionar uno de los asientos que se disponen para personas con discapacidad; Debman señala que esos asientos son importantes para la comunidad de personas ciegas debido a que en ese lugar sus perros guías no están imposibilitando el paso a mitad del pasillo.
Aparentemente, que Nevin estuviera a mitad del pasillo del tren fue la razón por la que el revisor del viaje no permitió que Roger Debman viajara en el puesto que él ya había reservado con antelación y después le señaló el suelo y le dijo, “siéntese ahí”, dejando a Debman de 56 años pasar el viaje en suelo junto a su perro Nevin.
La indignación de Debman se manifestó diciendo que: “No puedo hacer el trabajo del revisor pero si alguien está sentado en esos asientos y llega una persona discapacitada, debes cedérselo. Los pasajeros me ignoraban”, además añade que evitó molestarse debido a que ya ha sufrido dos ataques cardíacos, un accidente cardiovascular y usa un marcapasos.
Ante la acusación de Debman la compañía ha pedido disculpas públicas por lo que sucedió e investigará que pasó con la decisión de su revisor y al momento de reservar el asiento.
“Pasa regularmente. Tuve que sentarme en el piso antes. Estoy acostumbrado a eso. Cuando me crié, me dijeron que me levantara y cediera mi asiento a alguien que lo necesitara. Hoy en día las personas no lo hacen. Muy pocas personas se levantarán por ti”, añade Roger en su comunicado.
Debra, enfermera y cuidadora de Roger, contó que desde que llegaron les advirtieron que no había asientos, la compañía se comprometía en encontrar un asiento a Debra pero a Roger no.
«Dijo que podría conseguir un asiento para mí, pero yo soy el cuidador de Roger, así que obviamente no podía dejarlo”.
La compañía ferroviaria comunicó al respecto lo siguiente: «Si los asientos no se han reservado por adelantado, siempre haremos nuestro mejor esfuerzo para sentar a los clientes con perros guía, pero esto depende de la cooperación de otros clientes para liberar asientos de prioridad».
Por esta razón todos debemos ser considerados y ceder el asiento a niños, embarazadas, ancianos y personas discapacitadas, y sobre todo, evitar ocupar asientos o puestos de estacionamiento para discapacitados ya que ellos lo necesitan y son prioridad.
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