Tras décadas de llevar a puertas cerradas el peso de los más espantosos recuerdos, una mujer australiana, de 85 años, rompe el silencio para contar las insoportables penurias que tuvo que vivir en su infancia. Años en los que su propia familia abusó de ella física y sexualmente, mientras la obligaban a prostituirse en el burdel donde su madre trabajaba: una atroz pesadilla de la que solo pudo despertar mucho,mucho tiempo después.
Aquí puede verse a María, a la edad de 9 años, junto a su madre, dirigiéndose al burdel donde ambas trabajaban.
María Tinschert, nacida como Mary Goodfield, describe cómo fue vivir en Australia durante el asedio de las razor gangs, pandillas que deben su nombre a la destreza con la que blandían el puñal, al mismo tiempo que fungía el rol de la esclava sexual personal de sus padres.
Esta es María en la actualidad, admirando los anillos que su madre le dejó antes de morir.
La trágica historia de esta mujer comienza el 6 de agosto de 1932, cuando nace en el frente de la casa familiar, ubicada en un caserío de Darlinghurst. María es la primera y única hija de Violet Jessie Goodfield, a quien describe como una hermosa, pero malvada mujer, y Ralph Goodfield, un hombre a quien recuerda como la personificación del demonio.
Sus recuerdos más tempranos datan de cuando ella tenía 4 años y, junto a su familia, se mudó a lo que pronto se convertiría en la «casa del horror», en Chullora, huyendo así del extremo peligro que representaban los amigos mafiosos de su madre.
En esta nueva casa, María, retratada en esta fotografía a los 15 años, fue violada incesantemente por sus padres desde que tenía 4 años.
No fue sino hasta los 60 años que María, mucho tiempo después de haberse deshecho del nombre de Mary para poder escapar así de su ignomioso pasado, se atrevió a revelar sus oscuros secretos. Con sangre le habían grabado en su cuerpo y en su espíritu el código de silencio que, aún hoy, reina en las calles.
Buscando sanar antiguas y profundas heridas, María volvió de visita a la casa en Darlinghurst donde nació.
Incluso hoy en día, esta bisabuela teme ser castigada por sus familiares ya muertos. No obstante, María se armó de valor para contarle al mundo lo espantosa que fue su crianza. Así nació Daughter of the Razor, un libro que narra las peripecias de una niña que nunca dejó de tener miedo, ni siquiera al volverse anciana.
María no tuvo la oportunidad de vivir una infancia normal; a ella no se le tenía permitido jugar o pasarla bien con el resto de los niños, en cambio, debía prostituirse y soportar en silencio, sin derramar ni una lágrima, las incesantes torturas sexuales a las que la sometían sus padres, hermanos y clientes.
«Cuando hablo de esta tragedia, no lloro por mí, sino por la pequeña Mary», exclama.
Entre los infinitos horrores que narra María en su libro, destaca la vez que quedó embarazada de su padre, a los 12 años, y cómo su madre le practicó un aborto en casa. También cuando sus padres la obligaron a casarse con un hombre terriblemente cruel que no hizo más que continuar el legado de sufrimiento.
Esta es Matilda «Tilly» Devine, una importante cabecilla del crimen organizado de Australia, a quien María recuerda haber visto en el burdel donde su madre la obligó a trabajar.
A continuación, te presentamos un extracto exclusivo de Daughter of the Razor:
«Tras humillarme, mi madre me hacía masturbarla (…) Mientras yo temblaba del miedo, ella se quitaba su bata de flores y se acostaba desnuda en el suelo con una almohada debajo de su trasero y allí permanecía tendida hasta que todo acababa».
El vecindario donde nació María, como si fuese un perro, en el frente de su casa.
«Se suponía que debía ser un día cualquiera en la vida de una niña, pero yo solo sentía dolor, era parte de mi vida: caminar con dolor, dormir con dolor… y el dolor que me producía mi padre por dentro.
- – Tu papi necesita que lo hagas porque él solo tiene a mami…»
Y entonces, su padre procedía a violarla, siempre secundado y aupado por su madre.
María recuerda a su abuela materna como una hermosa persona, sin embargo, ella vivía lejos, en Inglaterra, y ninguna de las cartas que le escribió a sus nietos llegó a ellos hasta que Ralph Goodfield murió.
«Mi madre o me dejaba en la calle, o me llevaba al burdel con ella (donde también trabajaba) para hacer dinero extra conmigo. Yo tenía 8, 9 o 10 años.
Esos eran días horribles para mí, pero buenos para ella. Nadie más se llevaba a sus niños al trabajo, solo ella, y mientras ella tuviese esa navaja con ella, quién le iba a decir que se detuviera… Nadie, supongo».
Esta es la única fotografía que tiene María de su padre. Extrañamente, aparece reflejado en la imagen con su madre al fondo.
La madre de María le dejó estos anillos porque no quería que ninguna de sus yernas se los quedara. Al principio, la atormentada mujer no los quiso, pero luego cambió de opinión.
Esta es la «casa de los horrores», como la llamaba Maria. El chico que está en primer plano es uno de sus hermanos, quienes también abusaban sexualmente de ella. Solo el hermano mayor mantuvo sus manos apartadas de María, aunque fue este el que mantuvo un deplorable romance con su madre:
A los 15 años, el padre de María le pagó a un hombre, un apostador compulsivo, para que se la llevara de la casa y se casara con ella. Pero Ralph Goodfield luego obtuvo el castigo que se merecía: murió con el cuerpo destrozado en un accidente de tránsito. Mientras que la madre enfermó con el paso del tiempo y se quedó sola, hasta que la misma María la rescató y se la llevó a vivir con ella para cuidarla hasta que falleció.
En la lápida de su madre, María mandó a escribir: «Ojalá Dios te perdone».
El libro de esta valiente mujer puede conseguirse en Amazon por 22.99 dólares. No obstante, más que por las ganancias, a María le interesa compartir su testimonio para que la gente comprenda que sí es posible sobrevivir a los horribles vestigios del abuso físico y sexual, así como ella lo hizo.
María siempre soñó con ser bailarina, aquí está ella cumpliendo su sueño de infancia, a la edad de 30 años.
María finalmente encontró el amor… Un hombre que la adora y al que le llevó más de una década de cortejos lograr que se casara con él.
Actualmente, María se encuentra escribiendo una segunda biografía. Solo que esta vez se enfocará en la etapa de su vida que siguió a la separación de su primer esposo y, también, en lo que significa para ella ser una niña de 8 años en el cuerpo de una mujer… en lo absoluto preparada para darle la cara al mundo.
¡Qué historia tan devastadora! Pero María nos enseña que siempre hay un rayo de luz que se cuela entre la oscuridad más densa. No dejes de compartir su testimonio.