Laurence Hannuy, la madre de Maëlle, una joven de Charleroi, Bélgica, de 17 años de edad que falleció tras infectarse con un tampón, se encuentra devastada. Ha decidido romper su silencio porque no quiere que ninguna otra madre pase por su mismo dolor y quiere compartir su historia porque está convencida de que algo así «no debe repetirse jamás».
Maëlle era bella, saludable, gran deportista y estaba llena de proyectos.
La mañana del 6 de enero, acudió al gimnasio como de costumbre, pero al volver alrededor de las 8.30 p.m. ya no se encontraba bien. Más tarde, casi a la medianoche, empezó con un cuadro febril y vómitos. Así que consultaron al médico de guardia, quien les dijo que se trataba de una «gripe gastrointestinal».
Al día siguiente, las fiebres continuaron, sin que su madre se alarmara demasiado. Los médicos le dijeron que no había de qué preocuparse. Pero ya en la noche, Maëlle empieza con problemas de visión, lo que hace disparar las alarmas y llaman a una ambulancia. En el hospital, con las fiebres y vómitos persistentes, no hicieron más que confirmar el mismo diagnóstico de un «trastorno gastrointestinal».
Solamente cuando alcanza una deshidratación severa, Laurence, desesperada, decide llevarla a otro hospital. La ingresan en Cuidados Intensivos, donde finalmente confirman el aterrador diagnóstico: Síndrome de Shock Tóxico o TSS por sus siglas en inglés.
«Pero ya era demasiado tarde», lamenta Laurence.
«Hoy quiero informar a todo el mundo lo que hemos experimentado para que no vuelva a suceder. Voy a escuelas, centros de planificación, hablo en los medios. Quiero crear conciencia en los médicos, para que a todos se les grabe en la mente la posibilidad del diagnóstico de un shock tóxico. La mayoría dicen que rara vez sucede … Pero a mi hija le pasó».
«Es una enfermedad que no es tan rara y no se conoce lo suficiente», sentencia Laurence.
«Nuestra Maëlle, una gran deportista y llena de vida, nos dejó en menos de 48 horas debido a este shock tóxico causado por los tampones y fue vista 5 horas después de los primeros síntomas por un médico de guardia. Es inaceptable», escribió la madre en una publicación.
Luego comentó la última conversación que tuvo con su hija sobre el tema, que ahora adquiere un tinte totalmente dramático.
«Lo había discutido con Maëlle solo 15 días antes de su muerte. Esta enfermedad la obsesionó. Ella era muy consciente del problema y le tenía miedo. Ella cambiaba su tampón regularmente, pero siempre me decía: «Mamá, ¿qué pasa si lo olvido?». Le respondí que las víctimas del shock tóxico eran casos aislados y que no tenía que preocuparse; que yo lo había estado usando durante 20 años y que no había tenido el menor problema …»
«Mi hija conocía el peligro y estaba doblemente vigilante. Entonces, por favor, queridas niñas, queridas damas, tomen todas las medidas de precaución para evitar más muertes como la de Maëlle», concluye.
«Mi ángel, mi orgullo se ha ido a las estrellas. Tú que soñaste con viajar por el mundo, estás en un viaje muy largo», finalizaron los padres en un emotivo homenaje a la joven.
El síndrome de shock tóxico es una complicación por ciertas infecciones bacterianas. Usualmente está asociada con los tampones porque la sangre que se acumula en un tampón puede servir como un medio de cultivo para las bacterias.
Entre los síntomas se encuentran: malestar general, fiebre alta, tensión arterial baja, náuseas, vómitos, diarrea o erupciones en la piel.
Los expertos mencionan que aunque es muy raro, cuando se presenta puede ser mortal.
La recomendación categórica es que una mujer no debe permancer con un tampón más allá de 8 horas. Si se sobrepasa ese tiempo es mejor usar una toalla sanitaria, y lo conveniente es alternar el uso entre tampones y toallas sanitarias, además de usar los tampones adecuados al tipo de flujo.
No te vayas sin compartir esta importante información para ayudar a esta madre a visibilizar un riesgo mortal existente y del que se habla poco. ¡Descansa en paz, Maëlle!