Una madre colérica ha despertado una gran polémica en las redes después de publicar las fotos de su hijo de 11 años llorando por ser expulsado de un torneo de rugby debido a su gran tamaño.
Leonidas no aguantó la presión y se derrumbó cuando interrumpieron el partido y le negaron la posibilidad de seguir jugando con sus amigos.
A principio de noviembre, Leonidas Hinekiteao fue sacado del campo en el quinto partido de un torneo de rugby Spring Sevens en Sydney, el cual tendría una duración de ocho semanas.
La razón dada por el oficial de la Unión de Rugby de Nueva Gales del Sur que lo sacó del partido fue que el niño era demasiado grande para jugar.
Al parecer un equipo contrario se había quejado por el hecho de que el niño de gran tamaño jugara contra contrincantes más pequeños, aunque compartían su misma edad.
«Justo antes de que sonara el silbato, un funcionario de Waratahs se nos acercó para decirnos que el ‘niño grande ya no puede jugar'», dijo la madre de Leo, Ayla Hinekiteao.
Según las políticas, los niños de 10 a 15 años deben cumplir con cierta estatura máxima y peso para poder jugar en determinada categoría, pues debido a que los chicos entran en una etapa de desarrollo pueden presentar niveles más altos que los demás miembros del equipo.
En ese caso, se procede a subir al jugador de categoría aunque no cumpla con la edad mínima pero su cuerpo sí esté más acorde a la fuerza de sus contrincantes.
Pese a que no se revelaron las medidas exactas de Leonidas, se sabe que en la categoría en la cual quería jugar los parámetros exigidos son tener una estatura 164 cm de altura y pesar más de 65 kilos. Él superaba ese límite.
La madre de Leonidas que vive en Christchurch, Nueva Zelanda, explicó en las redes que su mayor enojo es el hecho de que al pequeño se le haya expulsado después de haber iniciado el torneo junto a sus amigos.
«Si hay un problema con él por jugar en la categoría de su edad, no hubieran aceptado su inscripción ni el dinero.
Me hubieran llamado para conversar del tema, pero no fue correcto decirle a mi hijo que no podía jugar cuando ya se había atado las botas y estaba listo para comenzar», argumentó la mujer.
Al parecer, el día del incidente Leonidas ya había jugado un partido pero cuando estuvo a punto de iniciar un segundo juego el árbitro se negó a sonar el silbato hasta que el chico saliera del campo. El niño terminó desconsolado.
«Perdón por publicar esto Leo, pero al final del día todavía eres un niño y lloras porque no entiendes completamente lo que está sucediendo y porque no puedes jugar», continuó la publicación de la Sra. Hinekiteao.
La Unión de Rugby de Nueva Gales del Sur emitió un comunicado defendiendo su decisión por tratarse de un asunto de seguridad.
La intención, según explican, fue «evitar accidentes en el campo». Sin embargo, todos en las redes coincidieron con la madre en que debieron considerar el asunto desde un principio y no “humillar” al chico en pleno campo.
Pese a su tamaño, el chico sigue siendo un niño. Comparte este polémico caso y comenta tu opinión al respecto.