No podemos negar que la vida es un sube y baja de emociones, y también lo es de oportunidades. Solo que en ocasiones nos sentimos limitados por el contexto.
Sin embargo, esto no limitó a Stephen Akpabio-Klementowski, quien pasó muchos años de su vida viendo solo cosas negativas, hasta que un día decidió darse la oportunidad de aprender y ser diferente.
Combinaba el trabajo diurno en la cocina y estudiaba durante la noche.
Stephen fue condenado a 16 años de prisión por traficar sustancias ilícitas, admitió que veía el mundo rodeado de personas donde solo las más capacitadas recibían grandes méritos, por ello, desde pequeño sentía que debía tomar lo que pudiera.
Tras su sentencia los primeros tres meses no hablaba con nadie, pero después de un tiempo empezó a trabajar en la cocina de la cárcel y vio el mundo diferente.
Al cumplir la mitad de su condena fue puesto en libertad.
Su conducta se transformó por completo, incluso evaluaron su potencial educativo y terminó inscribiéndose en la Open University de Reino Unido.
Stephen comenta que dejó la escuela por sus bajas calificaciones y que tenía miedo de su futuro. Pero tras las rejas decidió intentarlo y a pesar de sus temores continuó estudiando hasta culminar su curso. Al respecto comenta:
Tuve que estudiar sentado en el inodoro, ya que mi compañero de celda dormía profundamente en la cama cercana”.
Al terminar su primer módulo académico, Stephen encontró un nuevo sentido a su vida. Vio en los estudios algo en lo que podía concentrarse.
Si bien muchos presos y guardias cuestionaron lo que hacía, subestimándolo por sus antecedentes, logró ignorarlos y continuar consciente que estaba cambiando para mejorar aunque desconocía el resultado.
Descubrí que me encanta aprender. Y eso fue suficiente para seguir adelante”.
Stephen aprovechó al máximo su estadía en la cárcel e hizo de algo que podía parecer tormentoso, la mejor oportunidad para aprender y culminar sus estudios.
Después de ocho años logró salir de prisión con un título universitario y dos títulos más a nivel de maestría.
Stephen tuvo el valor de cambiar y ahora insta a todos los prisioneros a encontrar un camino diferente al salir en libertad.
Actualmente trabaja con estudiantes de la cárcel, algo que sin duda ama y que encuentra como “profundamente personal”, ya que tuvo la misma experiencia tras las rejas. Dice Stephen:
Todos tenemos el potencial y el poder de cambiar. Lo he visto y lo he vivido… Encontré la libertad dentro de mi propia mente”.
Este hombre no solo espera que su historia pueda inspirar a otros, sino que logren reconocer que todo es posible y sin importar el pasado, todos tenemos la posibilidad de aprender.
Stephen ahora es un nuevo hombre profesional y un padre orgulloso que desea que todos encuentren la luz en el camino.
El mundo merece conocer historias de hombres que encontraron en sus errores la oportunidad de transformarnos y ser mejores personas. Compártela en tus redes y recuerda que todos tenemos el potencial para cambiar.