Sean Connery, el mejor «Jame Bond» de la historia, falleció el pasado 31 de octubre, a los 90 años de edad, dejando un gran vacío. Muchos lo conocían por su mítico personaje de agente 007, y por su gran espíritu filantrópico. Pero pocos sabían los detalles de la millonaria mansión que un día le perteneció.
Se trata de una impactante propiedad llamada Villa Le Roc Fleuri, ubicada en Cap de Nice, al sur de Francia.
Cuando recientemente, la agencia inmobiliaria Knight-Frank la puso a la venta, salieron a la luz todos los rincones y maravillosas vistas de las que pudo disfrutar el legendario actor, dejando a todos sus seguidores sin palabras.
La mansión de ubicación privilegiada está valorada en 30 millones de euros
Durante varios años, Sean Connery y su esposa Micheline Roquebrune, pintora francesa, vivieron en esta vivienda de seis pisos que cuenta con ascensor.
Cuenta con dos piscinas: una interior y otra exterior, un gimnasio completo, y las vistas más impresionantes de la Riviera francesa.
La lujosa mansión de estilo Belle Epoque mide alrededor de 1,000 metros cuadrados.
Está encaramada en una ladera entre un oasis de alrededor de 5,000 metros cuadrados de hermosos jardines y terrazas que recientemente han sido renovados.
La piscina exterior es de agua salada y la mansión cuenta además con dos villas independientes para invitados.
Los lugareños todavía llaman a la mansión “el lugar de Sean”.
Definitivamente es una de las villas más bonitas y mejor ubicadas de la Riviera francesa, con vistas a Niza y al mar Mediterráneo.
En este video se pueden apreciar los principales rincones de este remanso de paz, las espectaculares vistas al mar y sus atardeceres de ensueño:
Villa Le Roc Fleuri fue utilizada en varias escenas de una de las películas de James Bond, “Never Say Never Again” (1983), cuando se grabó en Niza y Mónaco.
La villa se encuentra ubicada a lo largo de un camino sinuoso al borde de un acantilado con vistas a la Promenade des Anglais y al Puerto Viejo.
La mansión de piedra tiene el estilo de la arquitectura francesa clásica de la década de 1920 y está adornada con coloridas enredaderas de glicinias que agregan más romance a su ya idílico entorno.
Cuenta con una gran azotea, y sus cinco dormitorios y baños se distribuyen entre todos los pisos.
Los grandes ventanales del suelo al techo capturan aún más los hermosos paisajes de las montañas y el mar.
Diversas terrazas ajardinadas invitan a descansar.
La suite principal del nivel superior tiene un baño, un vestidor y un balcón privado. Mientras que en el nivel inferior hay un gimnasio y una piscina interior que se abre a los jardines, duchas y vestidores.
Cada rincón guarda la decoración y el estilo de la época
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