Los niños son esos ángeles en la Tierra que la vida nos regala para ablandar nuestros corazones con sus ocurrencias y travesuras; así como para mostrarnos el verdadero significado de la belleza al verlos sonreír enormemente.
Fue amado por toda su familia
Desafortunadamente, algunos de estos ángeles vuelven al cielo más rápido de lo que desearíamos, llevándose con ellos el alma y la felicidad de todos sus seres queridos.
Esta es la historia de un pequeño brasileño de solo 2 años de edad que perdió la vida inesperadamente.
Su nombre era Luiz Otávio Aquino Madureira. Fue el pasado 17 de enero que este bebé se encontraba jugando en casa de su abuela materna cuando, de la nada, se atragantó con uno de sus juguetes.
La preocupada madre, llamada Isabela Aquino, trató de dialogar con el niño para que expulsara el objeto. Sin embargo, no tuvo éxito y Luiz terminó tragando aún más el trozo de flecha que había metido dentro de su boca.
Desesperada, Isabela abrió la boca de Luiz e introdujo sus dedos en un intento por sacar el juguete. Nuevamente, sus intentos fracasaron y tomó al pequeño para llevarlo de inmediato al hospital más cercano.
Fue así como Luiz fue ingresado en el Hospital Aroldo Tourinho. La familia estaba más que destrozada, especialmente Isabela que luchó arduamente para poder concebirlo y suplicaba no perderlo.
“Cuando Luiz se derrumbó, le dije a Dios: ‘Señor, no me lo puedes quitar porque fue un regalo. Me tomó un año y ocho meses quedar embarazada de él. No dejes que mi hijo muera, te lo ruego’”, narró Isabela.
Tristemente, el estado de salud del pequeño era más que complejo: había sufrido un paro cardiopulmonar y sus vías respiratorias estaban obstruidas. Tuvieron que emplear todos los recursos y técnicas médicas para regresarlo a la vida.
Rehusándose a perder la esperanza, el día 17 de enero Luiz fue trasladado al Hospital Santa Casa de Montes Claros, donde le realizaron una cirugía para poder extraer el juguete de su desgastado organismo.
Pasó 12 días hospitalizado antes de fallecer por muerte cerebral
No hubo nada que el personal médico pudiera hacer para que Luiz recobrara el sentido y el 28 de enero finalmente dio su último respiro. Dejando a sus padres con el alma deshecha, pero con la seguridad de que fue un ángel que vino a enseñarles qué es el amor.
«La llegada de mi hijo aquí en la Tierra, durante estos dos años, fue para mostrar la importancia del amor, la importancia del amor de un hijo y el amor de un padre, la importancia de acercarse a Dios y mantener la fe», expresó Charles Madureira, padre de Luiz.
Aún tras su dolorosa partida, este pequeño seguirá causando sonrisas y llevando esperanza a su alrededor. Sus órganos serán donados y podrán ayudar a 7 niños más a poder vivir. ¡Gracias por tanto, hermoso ángel!
La decisión de sus padres aun con el dolor que los embarga de ofrecerle a otros pequeños la oportunidad de seguir viviendo, tocó el corazón de miles de personas que admiran su gesto.
Valora cada momento que puedes disfrutar al lado de tus hijos, nunca dejes de hacerles saber cuánto los amas y no los descuides ni un solo instante. Comparte esta noticia.