Un reciente hito en los procedimientos médicos prenatales en Bucaramanga, Colombia, ha permitido que una nueva vida venga a este mundo para llenar de alegría los días de su padre.
José Alejandro Ardila Durán, el bebé milagro, ha pasado ya el primer día junto a su padre y tanto los médicos como su familia lo celebran. El pequeño logró sobrevivir en el vientre de su madre gracias a médicos especialistas, que conectaron un pulmón artificial al cuerpo de la mujer, a quien le habían declarado muerte cerebral.
Por un lapso de más de 2 meses, más de 50 médicos y especialistas realizaron varios procedimientos para mantener con vida al niño en el vientre de su madre con muerte cerebral, tras padecer una infección pulmonar.
La complicada intervención quirúrgica consistía en conectarle un pulmón artificial a la mujer, mientras los órganos del bebé maduraban.
Y todo el esfuerzo de médicos de la Fundación Cardiovascular de Bucaramanga y el apoyo de todos sus familiares, dio sus frutos.
Su padre, Mario Ardila, en medio del profundo dolor por haber perdido a su esposa, se regocija al ver en el pequeño el rastro de su mujer, y celebra el don de la vida de su hijo, como un regalo de Dios.
Y es que no se cansa de contemplar a su hijo, coger su manita era uno de sus mayores anhelos… ¡y ahora su sueño se ha hecho realidad!
“Inicialmente era algo que no se sabía hasta dónde podía llegar ese sueño, y ahora ya lo he cumplido”, dijo el padre.
“El procedimiento, que se denomina soporte somático, consistió en la colocación de unas cánulas en unas de las vendas más grandes del organismo, de modo que la sangre se oxigena de forma artificial a través de un aparato que lo que hace es suplir las funciones de los pulmones”, declaró el médico Jorge Alvarado, quien estuvo al frente de la intervención, jefe de la Unidad de Neonatos, de la Fundación Cardiovascular de Bucaramanga.
Y fue así como, fuera de todos los pronósticos, lograron que fueran los propios órganos de la mujer cerebralmente muerta, los que mantuvieran con vida al pequeño.
Se pretendía soportar de un modo artificial las funciones fisiológicas de la madre. Proceso que resultó siendo increíblemente exitoso.
Así, el bebé nació por cesárea a las 28 semanas de gestación, con un peso de 700 gramos. Y tras ser estabilizado por un mes y medio en la UCI pediátrica, hoy permanece en los brazos de su feliz padre, en su nuevo hogar.
“Pues hay muchos anhelos de disfrutar con él, de ofrecerle lo mejor, poder ser el mejor papá de José Alejandro, eso es lo que yo quiero ser”, confesó el joven padre, visiblemente emocionado.
Este exitoso procedimiento ha sido considerado para la medicina como un gran avance para salvar vidas.
Nos alegramos de que los avances de la medicina hayan contribuido en este caso a dar un aliento de esperanza a una familia que se encontraba abatida por la partida de la futura madre. Pero ahora una nueva luz ha nacido en medio del sufrimiento, gracias al excelente equipo multidisciplinario de médicos que lo hicieron posible.
¡Comparte la alegría de este feliz nacimiento con todos tus amigos!