Irena Sendler es una admirable mujer, a quien la palabra heroína le queda corta. Un verdadero ángel que salvó la vida de 2.500 niños inocentes en el holocausto judío.
Con 32 años, la joven polaca nacida en una familia católica, no tenía que preocuparse por los nazis que habían conquistado su ciudad natal. Su padre era un médico muy reconocido en Varsovia y había salvado la vida de muchos niños de familias judías cuando se produjo una epidemia de tifus en 1917.
Pero, Irena no podía quedarse con los brazos cruzados viendo cómo familias enteras eran encerradas en un gueto esperando su traslado a los campos de concentración nazi donde les quitarían la vida.
Gracias a sus estudios y contactos, consiguió un pase para ingresar al gueto de Varsovia junto a una amiga, Irena Schultz, para revisar a los niños alegando que había una posible epidemia de tifus.
Durante un año visitaron las casas las dos muchachas fueron día tras día a visitar a las familias judías para convencerlos de que les entregaran a sus hijos.
Así sacó a más de 2.500 niños del gueto y les salvó la vida
Este es el cartel (en polaco) que los nazis habían puesto para alertar a los ciudadanos sobre los peligros de ayudar a los judíos.
Tantas veces fueron las dos valientes mujeres al gueto que finalmente en 1943, cuando ya llevaban un año salvando niños, los nazis descubrieron sus verdaderas intenciones.
Irena fue torturada, pero nunca dio los nombres de los niños ni de las familias a las que había ayudado. Tampoco dio un solo detalle de sus amigos que la habían ayudado.
Niños en las calles de Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial.
El Gobierno de Alemania la condenó a muerte y, horas antes de su ejecución, un soldado la llamó para su último interrogatorio, pero en realidad sus intenciones eran ayudarla a escapar.
Irena estuvo oculta bajo una nueva identidad hasta el final de la guerra, cuando desenterró unos frascos con las listas que contenían los nombres de cada uno de los niños que sacó del gueto.
Foto de Irena tomada el día de su cumpleaños 95° con su familia y dos de las niñas a las que salvó
Su valentía es realmente increíble. Su nombre clave era “Jolanta” y años más tarde fue reconocida por su trabajo. Recibió el premio “Justa entre las naciones”, entregado por la Yad Vashem de Jerusalén. Es ciudadana honoraria de Israel y el gobierno polaco la nombró “Dama de la Orden del Águila Blanca”.
Pero además, muchos de los 2.500 niños que ayudó se contactaron para agradecerle el haberles salvado la vida.
Cuando fue consultada sobre cuáles fueron las razones que la llevaron a arriesgar su vida, contestó:
“La razón por la cual rescaté niños tiene su origen en mi hogar, en mi infancia. Fui educada en la creencia de que una persona necesitada debe ser ayudada de corazón, sin mirar su religión o su nacionalidad”.
Irena también estuvo nominada para el premio Nobel de la Paz en el 2007, pero no lo obtuvo. Falleció a los 98 años en mayo del 2008 en su ciudad natal, Varsovia.
El árbol de la Avenida de los Justos entre las Naciones en honor a Irena Sendler, en Yad Vashem, Jerusalén.
Irene Sendler, el «Angel del Gueto» de Varsovia.
Lo que hizo esta admirable mujer no tiene precio. Su amor y su valentía por defender a las miles de criaturas que dependían de ella para salvar su vida, fue mucho más grande que el miedo a perder la suya. Eso solo lo hace un ángel. Su rostro lleno de luz y paz lo dice todo.
Su accionar es de una gran valentía y coraje. Esta mujer arriesgó su vida por gente que no conocía y le dio pelea a uno de los regímenes totalitarios más peligrosos de la historia de la humanidad. Su historia merece ser difundida.