El caso de estos bebés de 23 meses que perdieron la vida a manos de su madre en el Reino Unido ha causado conmoción. Samantha Ford, de 38 años, decidió vengarse de su esposo ahogando a Jake y Chloe, los hijos que tenían en común.
Después de que su matrimonio terminara ella se rehusaba a la idea de ser una madre soltera, atentó contra la vida de sus hijos como rechazo a su situación. Se concentró en lo que en ese momento era su prioridad: hacer sufrir a su pareja causando una tragedia.
Steven Ford, de 36 años, no podía creer lo sucedido. “Nunca olvidaré ese día, simplemente perdí las ganas de vivir. Les supliqué a los policías que me dijeran que no era verdad, que no había sucedido”, relató.
“Perder a un hijo es horrible, perder a dos es una tortura. Pero perder a tus hijos porque la otra persona que se suponía que debía protegerlos con su propia vida se las arrebató es incomprensible, es algo que jamás llegaré a entender”, agregó.
El hecho sucedió el 27 de diciembre del año pasado. Después de atentar contra los niños, Samantha intentó quitarse la vida en un accidente de tránsito mientras conducía.
Impactó intencionalmente su vehículo contra la parte trasera de un camión sin usar cinturón de seguridad.
Sobrevivió y cuando los agentes policiales acudieron al lugar y lograron abrir la puerta del auto ella les contó lo que había hecho y exclamó: “¡Déjenme morir!”.
Actualmente el tribunal de Old Baley en el Reino Unido juzga a Samantha, el juez decidirá si la mujer será ingresada en un hospital psiquiátrico o en la cárcel.
Samantha ahogó a los dos niños en la bañera para vengarse de Steven ante su negativa a terminar con su matrimonio.
“Estaba muy molesta porque la relación había terminado y no le gustaba la idea de ser madre soltera”, dijo el fiscal Tom Kark durante el juicio.
Samantha alega que sufría una depresión severa, aunque después de varios intentos por quedar embarazada finalmente logró dar a luz a los gemelos a través de un tratamiento de fecundación in vitro.
La pareja vivió durante la primera década de su matrimonio en Qatar, recientemente se habían mudado a Charing, en Kent, Reino Unido.
Pero Samantha no estaba conforme, no quería renunciar al estilo de vida que tenía antes y ejercía presión para regresar a Oriente Medio.
En noviembre de 2018 se separaron, ella se mudó con los niños a una vivienda alquilada en Castle Drive en Margate, según su defensa, esto afectó su salud mental.
La psiquiatra forense Muzzaffar Hussain, quien ha tratado a Samantha, aseguró que su comportamiento se atribuye a un trastorno de “rabia narcisista”, al sentirse humillada por ser abandonada por su esposo.
Asimismo, agregó que se sentía con derecho de atentar contra los niños y generalmente acostumbra a responsabilizar siempre a terceros de las cosas malas que suceden evadiendo por completo su culpabilidad.
En el juicio Samantha fue declarada culpable, aunque argumenta que escuchaba voces que la motivaron a comportarse de esa manera. Aunque el informe forense resalta que tiende a exagerar sus presuntas enfermedades mentales para manipular.
El próximo 16 de agosto se conocerá el veredicto del juez.
Steven declaró en el tribunal: “Sé cómo se comporta cuando las cosas no salen como ella quiere. Sacó a relucir una versión extrema de su personalidad, como no podía salirse con la suya, sabiendo cuánto amaba a los niños sabía que me daría el castigo máximo”.
La psiquiatra acotó que el comportamiento de Samantha estuvo motivado por la venganza queriendo decirle a su ex pareja: “Esto es lo que tú me hiciste hacer”.
El caso de esta familia es estremecedor, el mundo espera conocer la sentencia que recibirá esta mujer. Comparte este avance.