Samantha Rodríguez tuvo que enfrentarse a la dura experiencia de perder a sus padres cuando tenía 20 años, pero en medio de tanto dolor no podía rendirse ni refugiarse en la tristeza.
Era un lujo dejarse vencer por el miedo ante la dura tarea que le esperaba, así que con mucha valentía y motivada por el amor que sentía por su familia salió adelante.
Ella debía encargarse de sus cinco hermanos menores que solamente contaban con su amor y protección.
A pesar de su corta edad tuvo la madurez necesaria para salir adelante con la gran responsabilidad de la crianza de cinco niños con edades comprendidas entre seis y quince años.
Los padres de Samantha perdieron la batalla contra el cáncer recientemente, desde entonces ella ha asumido el compromiso de ofrecerle a sus hermanos la atención que necesitan.
En el departamento policial de Orange reunieron a los hermanos para hacerles entrega de un regalo que compraron para ellos donantes anónimos, un grupo de personas solidarias de la comunidad de Florida que quisieron colaborar para mejorar su calidad de vida.
Samantha recibió un auto nuevo junto a sus hermanos para poder trasladarse sin dificultades.
“No saben cuánto significa esto para nosotros. Es una gran ayuda, de verdad. Hacer todo por mi cuenta es muy difícil, pero estoy muy contenta de tener a personas como ustedes en mi vida”, dijo Samantha cuando le enseñaron el auto Nissan Versa que a partir de ese momento sería suyo.
El departamento policial dio a conocer la historia de Samantha y sus hermanos cuando los oficiales los sorprendieron con regalos en Navidad.
El gesto de estas personas nos hace recuperar la fe en la humanidad, nadie debería ser indiferente ante las necesidades de los demás, muy cerca podemos tener a personas luchando contra una dura batalla.
Solo basta con mirar con detenimiento a aquellos que son vulnerables, que sufren por una enfermedad, por la soledad, por una pérdida, por problemas económicos y ofrecerle nuestra mano amiga.
Nada se compara que hacer el bien y ayudar a los demás sin esperar ninguna otra recompensa que la satisfacción de actuar desde la solidaridad y bondad tal como lo han hecho estas personas.