Sara Cozad siempre supo que quería pasar sus mejores años ayudando a los niños que se han quedado sin hogar o sin familia. Ella y su esposo se conocieron cuando eran muy jóvenes y sabían que estaban hechos para estar juntos cuando se dieron cuenta de que ambos compartían el mismo sueño de convertirse en padres temporales.
Sara vive en la ciudad de Bellingham en Washington, Estados Unidos.
Sin embargo, Sara estaba segura de que en su caso sólo podría ser madre de acogida de bebés o niños muy jóvenes. Encargarse de un adolescente requiere de mucha preparación y a pesar de sus largos años de estudio, ella sentía que no podría llegar a hacerlo. Una vez que Sara y Stuart estuvieron licenciados, les pidieron que cuidaran a un pequeño de 3 años durante un fin de semana.
“Ese fin de semana se convirtió en una semana. La semana se convirtió en meses. Y los meses en años. Ese pequeño niño es nuestro hijo, Michael”.
La pareja cada vez se encariñaba más con Michael así que accedieron a supervisar visitas con su hermano mayor, Dayshawn. Presenciar la reunión entre los dos hermanos despertó algo en el corazón de Sara que acabó por completo con su idea de no poder ser madre de acogida de adolescentes.
“En el segundo en que Michael vio a su hermano al otro lado del parque, corrió hasta él y saltó en sus brazos. Stuart y yo nos miramos y entendimos lo importante que era que permanecieran unidos”.
Sara es tan solo 13 años mayor que Dayshawn y eso la hacía no estar completamente segura de querer adoptarlo.
Afortunadamente, con el tiempo pudo comprobar que sin importar la edad, Dayshawn los veía y respetaba como a sus padres y todo marchaba viento en popa. Sólo faltaba hacerlo oficial.
Ante el juez, Daysshawn quiso interrumpir para explicar los motivos por los que está complacido de ser adoptado por la familia, describe a sus padres como seres humanos increíbles. Sus palabras emocionaron hasta las lágrimas a Sara.
Sara y su esposo se conocieron con 19 años y se casaron a los 23.
Con los años los cuatro ya estaban seguros de que realmente eran una familia así que comenzaron el proceso para hacer la adopción oficial. En el encuentro con la juez, Dayshawn habló sobre lo importante que eran Sara y Stuart para él y muchos en la habitación no pudieron evitar sentirse profundamente conmovidos.
“Los amamos. Somos una familia y es lo mejor que nos ha pasado. Estoy muy feliz de poder tenerlos en mi vida”.
Sara llora de alegría al comprobar lo felices que se encuentran sus hijos adoptivos. La juez no tuvo ninguna duda en que esta linda pareja estaba destinada a convertirse en los padres de Michael y Dayshawn.
“No me necesitan para que los conviertan en una familia. Ustedes ya son una familia. Mi trabajo es hacerlo oficial”.
Afortunadamente, después de muchas dificultades en la vida estos dos hermanos podrán permanecer unidos y con dos padres amorosos y responsables.
No te vayas sin compartir para ayudar a crear conciencia sobre el enorme valor de la adopción a niños de todas las edades.