Dicen que uno siempre vuelve a los lugares donde fue feliz, y para el Sr. Doug un abuelito de 97 años de edad, regresar cada día a su restaurante favorito es un pedacito de felicidad que agradece y disfruta tener en su vida.
El Sr. Doug es un veterano que ofreció sus servicios en la Segunda Guerra Mundial, con el transcurrir de los años se ha convertido en un fiel amante de los sándwiches de rosbif, el principal aperitivo de la cadena de restaurante Arby.
El Sr. Doug es quizá, el cliente más leal del restaurante de Arby en Chandler, Arizona.
No hay un día en que el valiente veterano no deje de pasar por las instalaciones del restaurante. Como todo cliente fiel y amante de los sándwiches, al personal solo le bastaba verlo a cruzar la puerta principal para preparar la comida favorita del cliente número uno.
Al Sr. Doug le gusta el pan con la carne asada, relleno con mucho queso y acompañada de un refrescante vaso de Coca-Cola, sin hielo.
Esta orden la conoce todo el personal que labora en el restaurante.
La presencia diaria del tierno abuelo causa algo de curiosidad al personal joven, un día, uno de ellos estaba tan ansioso de saber más sobre el hombre que decidió acercarse y preguntarle por qué le gusta tanto ir al restaurante.
Travis Coye, lleno de intriga simplemente se le acercó, lo saludó cordialmente y le preguntó qué es lo que hace volver a ese Arby. Para sorpresa del joven, el amable anciano le respondió:
Este es el único lugar donde puedo conseguir un sándwich o cualquier otra cosa para comer que no me cause dolor de estómago”.
Resulta que el Sr. Doug padece de un trastorno estomacal, lo que hace que comer en la calle sea todo un reto. Debido a su avanzada edad, el veterano no tolera muchos de los alimentos, haciendo que su comida sea muy estricta y limitada.
Sin embargo, su vida cambió cuando descubrió que la comida de Arby no le caía mal, sobre todo, porque los sándwiches los hacen con carne asada y él ama este tipo de carne.
El Sr. Doug vive en una casa de retiro.
El hombre no solo tiene su comida favorita, también tiene su mesa favorita. Cada día el personal se asegura de darle la mejor atención. Para ello, le obsequiaron comida gratis ilimitada.
El Sr. Doug no podía creer el hermoso gesto de generosidad, a pesar de no saber si estará al día siguiente agradece la intención del restaurante.
Arby se ha convertido en una familia para el amante de los sándwiches.
La admiración y el respeto de algunos empleados son tan grandes que incluso se comprometieron a llevarle su sándwich y la bebida a la casa de retiro en caso de que no pudiera asistir al restaurante.
El Sr. Doug disfruta la comida de Arby, pero lo mejor es que se siente amado por el personal. Dos cosas, que sin duda, lo hacen feliz. Comparte la adorable historia.