El amor no tiene edad. Enamorarse, establecer un nuevo vínculo sentimental y comenzar una relación puede suceder en cualquier momento. La necesidad de amor, de cariño y de intimidad no tiene una fecha de caducidad en el reloj biológico. Enamorarse entrados los años es desafiar a duelo al paso del tiempo.
El caso de Doris Calderón Molina, de 86 años de edad, y Francisco Nalvarte Cáceres, tan solo un año mayor que ella nos lo demuestra con creces.La pareja contrajo nupcias de manera simbólica en el mismo lugar donde se vieron por primera vez hace 9 años, este pasado 14 de febrero, en el Día de San Valentín.
La recepción fue oficiada en las inmediaciones del asilo San Vicente de Paul de la Sociedad de Beneficiencia de Huancayo, región Junín, Perú.
No se trata de una historia de amor como cualquier otra. Desde hace 5 años se han vuelto incondicionales el uno al otro acompañándose incluso en la imposibilidad de ambos de poder ver y escuchar, dos sentidos menos que no les impiden expresarse todo el amor y el cariño que siente el uno por el otro.
“Ellos se conocen desde hace 9 años en los que se ha visto la preocupación de ambos por su media naranja. Las caricias y las muestras de amor que han tenido nos ha llevado a hacer este matrimonio simbólico en esta fiesta del amor y la amistad”, dijeron los organizadores encargados del asilo.
Doris fue abandonada en la puerta del albergue por la familia que la cuidaba el 1 de julio de 2011, mientras que Francisco fue rescatado de las calles en 1994, mientras se encontraba en situación de indigencia, primero lo llevaron a un hospital y luego pasó por varios asilos, hasta llegar a la Sociedad de Beneficencia, que alberga a otros 40 ancianos.
“En esta boda yo quiero ser el padrino”, exclamó Omar Vivas, gerente de Protección Social del asilo, e ideólogo principal del evento
Hoy pasan el resto de sus días sintiéndose queridos, amados, valorados y protegidos por un amor que no sabe de barreras, ni de obstáculos, ni de tiempo para expresarse a plenitud.
Las personas mayores pueden recurrir a sus experiencias como fuente de sabiduría. Pasados los años, la gente sabe reconocer con mayor facilidad qué espera de una pareja, qué errores no quiere repetir y qué tipo de relación desea tener. Ser mayor puede ser muy provechoso, todo depende de la actitud.
Es cierto que las altas expectativas pueden llegar a ser un obstáculo. Y también puede ser un inconveniente no tener muchos sitios donde conocer a gente nueva. Esto sucede en particular cuando los solitarios no se atreven a emprender actividades por su cuenta.
Si bien es todo un desafío, el cambio a menudo vale la pena. Entablar una nueva relación sentimental puede significar un vuelco muy positivo a nivel vital, más allá de los círculos de amigos y familiares que uno tenga.
Comparte esta hermosa historia de amor con tus seres queridos, familiares y amigos y recuerda que establecer nuevos contactos, ser abierto e intercambiar con otra gente no es solo una necesidad vital, es un elixir que siempre cae bien, independientemente de la edad.