Su nombre es Jovita Cavigelli, nació en Suiza pero desde 1997 ha encontrado en la costa de Acapulco, México, un espacio desde donde se siente animada a ayudar a otros.
En aquel año Jovita llegó a la costa para organizar el arribo de un barco con ayuda humanitaria, tras el huracán. Paulina Jovita fue testigo de las terribles condiciones en las que quedó el puerto y sus habitantes, y no pudo ser indiferente así que ayudó a muchas personas que lo requerían.
Después de eso partió de nuevo a su tierra natal, pero en 2013 Jovita volvió a estas tierras con una fuerza reanimada de ayudar, esta vez debido a la terrible tragedia del huracán Manuel y la tormenta Ingrid.
Así Jovita se fue acercando cada vez más a Acapulco y su gente, poco a poco ayudando a las víctimas de las tormentas y más adelante ayudando a personas que se encontraban en condición de pobreza.
De manera que cada pequeño acto fue incentivando a Jovita a crear espacios dignos de convivencia y apoyo para estas personas. Por esto constituyó una organización civil llamada Pro-poors que le permitiera recabar recursos para ayudar a los necesitados.
Mientras su organización se levanta, Jovita también lleva adelante la Academia de la playa, que es un proyecto que ha llamado poderosamente la atención de muchas personas.
Se trata de un espacio (toldos y sillas en la arena) donde Jovita y otros profesores colaboradores enseñan a leer y escribir a los vendedores ambulantes de la playa.
La academia enseña a leer y escribir para que los artesanos y vendedores de la playa no sufran estafas o puedan acceder a algunos servicios, como el transporte público, sin inconvenientes.
“Esa condición los pone muy vulnerables, y la idea es darles las herramientas, capacitarlos para que mejoren en sus ventas y en su vida diaria”, comenta Jovita.
Los días en los que hay gran cantidad de turistas en la playa se ven pocos estudiantes en la Academia de la playa, pero el resto del tiempo cuentan con una participación de al menos 15 alumnos.
Ahora han incorporado a la academia las clases de inglés, que le permitirán a los vendedores comunicarse con más facilidad con los turistas canadienses y estadounidenses.