La severidad de los síntomas de COVID-19, varían en cada caso. Mientras que el 80 por ciento de los contagiados experimenta síntomas leves o no los presenta, todos los días se registran casos fatales donde hombres y mujeres jóvenes, aparentemente sanos e incluso niños fallecen.
Jaime Romero de 51 años de edad fue uno de esos casos de contagiados calificados como “leves” en el centro sanitario Médica Sur, en la capital azteca, desde el inicio de la pandemia. Debido a complicaciones, el abogado de profesión, falleció tras haberse contagiado por segunda vez del virus en sesenta días.
Por su parte, Mirna Evelyn Reyes Saldívar, esposa de Jaime, afirmó que la primera vez que su esposo se realizó la prueba PCR, después de que uno de sus colegas diera positivo, no presentó síntomas y, según los médicos, el hombre tenía una salud de hierro.
“Salió perfecto. Se le realizaron estudios de imagen de fuerza para medir su respiración, ritmo cardíaco, saturación de oxígeno en sangre. Llegó conmigo a principios de octubre. Tenía covid, sin duda, pero, se le dio el tratamiento adecuado y logró salir adelante”, dijo el doctor Raúl Sansores, su médico tratante.
Definitivamente, Romero era un hombre sano, por eso superó la primera vez al virus. Ninguna enfermedad de base, de tipo genético o padecimiento crónico, tales como obesidad, diabetes, hipertensión, colesterol alto, o alguna inmunosupresión. No fumaba. hacía ejercicio, seguía una dieta balanceada y era muy estricto con la higiene.
Seguía todos los protocolos de seguridad conocidos ampliamente: guardar distancia, lavarse las manos, usar gel y mascarilla, careta. Incluso en el despacho legal, las medidas de seguridad sanitaria eran muy estrictas. Debía cuidarse en extremo por sus dos hijas, Renata, de 20 años y Evelyn, de 15 años de edad.
“Quería tener la certeza de que no iba a contagiar a nadie de sus colegas ni de su familia”, dijo su esposa Mirna.
Antes del alta, el propio doctor Sansores le realizó a Jaime una valoración integral junto a una serie de recomendaciones para fortalecer su sistema inmunológico. Así, viajó a Tamaulipas el pasado noviembre y, al regresar a casa llegó con tos. La doctora que lo atendió en ese momento le diagnosticó laringitis.
Luego, se trasladó de ida y vuelta hasta Cancún, Monterrey y Querétaro. De esta última ciudad regresó aún más grave y los días 21 y 22 de noviembre, comenzó dificultársele respirar, pasando al diagnóstico por neumonía.
No mejoraba con los tanques de oxígeno y el 27 de noviembre, disminuyó la saturación un 70 por ciento. Salió positivo por segunda vez y el pasado 9 de diciembre, Jaime Israel partió de este mundo.
Lo más difícil para alguien que pierde a un ser querido por los efectos tan letales de este virus innombrable, es que ni siquiera puede despedirse de ellos. Todos los amigos y deudos de Romero quedaron realmente sorprendidos y desolados con la infausta noticia. Para esta enfermedad no hay edad ni situación socioeconómica que valga.
Nos duele tener que ver rupturas de familias tan integradas, por culpa de este flagelo con el que nos ha tocado lidiar por tanto tiempo. Comparte esta noticia con un mensaje de solidaridad a los que han perdido a un ser amado.