Desde que era tan solo una recién nacida, Holly Broome fue diagnosticada con eczema. Pasó toda su vida sufriendo los síntomas de una constante dermatitis pero durante los últimos años la situación se volvió insostenible.
La joven diseñadora gráfica comenzó a pasar varios días de mucho estrés y esto no hizo más que empeorar su eczema.
Holly vive en la ciudad de Londres.
A lo largo de los años había confiado en su médico de cabecera pero tuvo que pasar por una devastadora experiencia para comprender que su medicamento era lo que más daño le hacía.
A comienzos del 2017 Holly se dio cuenta de que su eczema estaba empeorando. Cada vez parecía tener más y más brotes de piel que se irritaban y le causaban mucha incomodidad.
Holly tiene actualmente 27 años de edad.
La situación fue tan extrema que comenzó a ver un extraño pus amarillo brotando de sus poros y mudaba tantas capas de piel que su novio tenía que pasar la aspiradora constantemente.
La enfermedad comenzaba a afectar cada parte de su vida laboral y personal pero el médico lo único que le decía era que su situación no era tan grave.
“El sarpullido comenzó a extenderse desde mi espalda como si fuese un incendio. Llegó a afectar mis brazos y mi rostro, algo que no había sucedido desde que era una bebé”.
Holly siguió las indicaciones de los médicos e intentó mantener el control de su eczema a través de diferentes cremas de esteroides. Todas tenían el mismo efecto. Parecían funcionar durante los primeros meses pero luego la situación empeoraba cada vez más.
“Cada vez hay más evidencia de que estas cremas generan un problema mucho mayor para algunos pacientes”.
Comenzó a probar tantas cremas como fuese posible y cuando llegó el año 2018 se había quedado sin ninguna crema que lograra ayudarla. Fue entonces cuando comenzó a buscar soluciones por otros vías y leyó sobre cómo muchos pacientes desarrollaban una extraña adicción a los tópicos en los medicamentos.
“Estaba en negación. Había usado esteroides porque era lo me indicaban los médicos. No podía ser adicta”.
Decidió suspender por completo los esteroides y a controlar el número de duchas. La idea evitar que la piel evite tenga contacto con líquidos para que vaya perdiendo resequedad y logre producir humedad natural por sí misma.
Después de consumir tantas cremas su cuerpo se había vuelto adicto a que los medicamentos realizaran esta función.
“Hay médicos que reparten esteroides como si fuese caramelos”.
La maravillosa recuperación de Holly noes un caso aislado. Desde entonces se ha unido a muchas personas en el mundo entero que luchan para que los médicos sean más cuidados a la hora de prescribir el uso de esteroides. Tantos años bajo estos medicamentos no hicieron más que causarle un enorme daño a su piel.
¿Qué opinas del uso de las cremas de esteroides? Comparte la historia de Holly que sin duda podrá ayudar a muchos otros pacientes con su caso.