¿Puedes imaginar el pesar de un hijo al tener que despedirse por última vez del cuerpo de su madre? Este fue el difícil momento por el que atravesó un joven músico brasileño, quien a sus 20 años tuvo su presentación más conmovedora, frente al féretro en donde reposaban los restos de su amada madre.
Rafael Borges nunca imaginó tener que cumplir con el último deseo que su madre le había pedido en vida. Ella, llamada Selma Maria Borges de Oliveira, le hizo prometer que el día en que fuese sepultada le tocaría en violín su melodía preferida.
Tristemente, el pasado 14 de marzo, Rafael tuvo que presentarse en el Cementerio de Messianópolis, en el Distrito de Moiporá, una ciudad del occidente de Goiás. Acompañado de su violín; el joven movía dócilmente el arco, de una lado a otro, como si estuviese tocando para los propios ángeles.
La melodía interpretada por Rafael se mezcló con el llanto de los presentes en el sepulcro
Sin dejar de entonar la melodía, el joven revivía en su interior los últimos momentos que pudo pasar junto a su madre, después de que el 06 de marzo enfermara repentinamente, desarrollando una aguda tos a causa del coronavirus.
La salud de Selma se deterioró rápidamente. Fue ingresada en el Hospital Regional de São Luís de Montes Belos, en donde comenzó a tener problemas para respirar, de los que jamás pudo recuperarse.
“Nos dimos cuenta de que no se encontraba bien cuando empezó a toser mucho mientras se duchaba. La llevamos al hospital y nunca salió de ahí. Llegó necesitando oxígeno. Todo fue muy rápido”, narró el joven.
Tan solo un día después de haber sido ingresada, Selma tuvo que ser intubada de emergencia a causa de sus dificultades respiratorias. Tenía un nivel de saturación excesivamente bajo y presentó un paro cardíaco del que logró sobrevivir.
No obstante, al final las afecciones de Selma fueron fatales y terminó perdiendo la vida, dejando atrás a su amorosa familia que siempre la recordará como una madre incondicional y una mujer llena de alegría.
“Recuerdo nuestros últimos días juntos. El amor de hijo y madre que nos teníamos, cómo la cuidé. Lo que nos reconforta es pensar que una fuerza divina se la llevó. Desafortunadamente, este era el momento de que ella se fuera”, lamenta el joven.
Tras la fatal pérdida de su madre, Rafael hace un llamado a todas las personas para que no bajen la guardia contra el coronavirus y, además, para que el esfuerzo que realizan todos los profesionales de la salud sea reconocido y apreciado.
“Vi con mis propios ojos que este virus arrebata vidas. Escuché a mucha gente decir que los médicos estaban acabando con la gente, pero puedo decir con certeza que están haciendo más allá de lo que pueden. Este virus acaba con las vidas. Se llevó a mi madre y puede llevarse a muchas personas”, señaló el joven.
Aún no es momento de celebrar y salir sin mantener las medidas de protección. El coronavirus sigue latente y es responsabilidad de todos disminuir los casos.
Súmate al pesar de la familia de Selma y comparte su historia para ayudar a crear consciencia.