Shyon es un joven de tan sólo 12 años que siente una gran pasión por la música. Desde que era muy pequeño, su padre le inculcó el amor por diferentes cantautores e incluso le enseñó a tocar varios instrumentos.
Cuando comenzó la pandemia, Johnnie Clark decidió que era hora de hacerle un regalo muy especial a su hijo. Compró un órgano y se dispuso a aprovechar los días de aislamiento para pasar más tiempo con él y pasar largas horas disfrutando de la música.
“Lo que más me gustaba de mi nuevo órgano era que pasaría más tiempo con mi papá aprendiendo a tocar muchas canciones”, dijo Shyon.
Eso fue precisamente lo que hicieron. Lamentablemente, todo se vio interrumpido cuando Johnnie comenzó a presentar problemas de salud y fue hospitalizado. Tenía una infección muy delicada y semanas después los médicos lo diagnosticaron con neumonía y COVID-19.
“Los días fueron muy tristes. Quería tocar con mi papá pero me esforcé por continuar solo para no olvidar todas las canciones que él me había enseñado”, dijo Shyon.
Fueron tiempos muy difíciles para toda la familia. Intentaron mantenerse positivos en todo momento pero había ocasiones en las que realmente no sabían si volverían a ver a Johnnie.
“Shyon me llamaba todos los días y eso me daba fuerzas para seguir luchando por mi salud. Quería regresar para reencontrarme con él y con toda mi familia”, dijo Johnnie.
Finalmente, el dedicado padre logró ganar la batalla y le dieron de alta. Cuando regresó a casa, toda su familia lo recibió con los brazos abiertos.
“Ahora que he vuelto a mi casa me siento mejor que nunca. Puedo volver a tocar música con mi hijo. Siento que regresé y pude cumplirle mi promesa de que seguiría a su lado”, dijo Johnnie.
El pequeño Shyon había preparado una sorpresa muy linda para él y se dispuso a dar lo mejor de sí para interpretar en el órgano una de las canciones que había aprendido con su papá: Deliver Me de Le’Andria Johnson.
El talentoso joven realizó una presentación impecable y lo mejor de todo es que se puede ver que dejaba muchísimo sentimiento y emoción en cada nota de la canción.
Cuando finaliza el tema, el pequeño se siente tan abrumado que rompe en lágrimas. Intenta cubrirse el rostro e intercambia algunas palabras de su padre para explicarle lo feliz que se encuentra con su regreso.
“Empecé a llorar. Simplemente dejé que todo saliera”, dijo Shyon.
No hay dudas de que Shyon y su padre comparten una relación verdaderamente especial y conmovedora. El talentoso joven dio lo mejor de sí al tocar el órgano para celebrar por todo lo alto que su padre había vuelto. Fue el mejor regalo del mundo.
Estas inspiradoras historias son las que necesitamos para recordar celebrar cada instante con nuestros seres queridos. ¡Comparte!