Muchas personas piensan que la rebeldía es solo una etapa típica de la adolescencia, que pasará cuando lleguen los años dorados, sin embargo, para divertirse y hacer lo que te apasiona nunca se es demasiado tarde aunque esa decisión implique romper algunas reglas.
De eso, saben muy bien nuestros adorables protagonistas, quienes con más de 70 años llevan en su corazón el mismo espíritu roquero de cuando eran tan solo unos adolescentes.
Viajaron más de 40 kilómetros para escuchar a sus ídolos.
Para Paul McCartney y Mick Jagger no hay edad ni límites para hacer lo que quieran, estos veteranos crecieron escuchando rock del clásico, así que la buena música, el metal y las bandas rebeldes corren en sus venas.
Aun les encanta escuchar sus bandas y cantantes favoritos, aunque eso implique romper las reglas. Después de todo se hicieron para romperlas y quienes aman el rock and roll son expertos en eso. El par de abuelitos alemanes se encontraban en un asilo y decidieron escaparse para asistir a un concierto de hard rock y metal.
El festival se dio a conocer como Wacken.
La pareja de ancianos, quienes fortalecieron su amistad en el recinto, salieron del centro de enfermería en Dithmarschen y viajaron por todo el país hasta llegar a Hamburgo para el festival.
Paul y Mick recorrieron kilómetros en el transporte público con la única intención de disfrutar del festival, donde se presentan las grandes estrellas y figuras más reconocidas del rock y del metal. Este año se presentó Judas Priest, Danzig y Cannibal Corpse por nombrar algunos.
Wacken Open Air Festival es un evento anual.
Los dos roqueros planearon su escape a la perfección, pero causaron gran preocupación al personal del asilo quienes conocen perfectamente el diagnóstico de ambos.
Al enterarse de que estaban desaparecidos contactaron a la policía. Afortunadamente, los encontraron cerca de las tres de la madrugada, estaban renuentes en regresar a casa por lo que la policía les pidió un taxi y los escoltó hasta el hogar de ancianos.
Wacken es conocida como “La catedarl del Heavy Metal”.
Ambos sufren problemas de salud mental así que los trabajadores se alegraron al ver llegar a los ancianos aunque estaban un poco molestos. Ya habían perdido el último bus así que encontrarlos fue un verdadero alivio. Los dos se dejaron llevar por la pasión y disfrutaron al máximo sus artistas favoritos, sin duda, un concierto épico para estos rebeldes ancianos.
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