Existe un peligro inminente que nos amenaza a todos pero que lamentablemente del cual muy pocas personas se encuentran enteradas. Esta grave amenaza podría poner en peligro la vida de todas las personas que vivimos en el planeta, más que una guerra mundial, la contaminación y el calentamiento global.
Es un escenario tan aterrador que las películas de ciencia ficción sobre apocalipsis virulentos e infecciones devastadoras podrían muy bien hacerse realidad.
Estamos hablando del apocalipsis bacteriano, como lo han empezado a llamar los científicos.
Y en el centro de todo este revuelo está una enfermedad de trasmisión sexual que ya actualmente se ha desarrollado de una forma espeluznante.
Existen cepas imposibles de tratar con los recursos que tenemos disponibles: ¡Es incurable!
Esto significa que existen millones de personas que tendrán que vivir y morir con la enferemdad y sus síntomas. Se trata de la gonorrea.
La OMS ha descubierto esta alarmante situación y han hecho un severo llamado a la atención en su último informe.
Ellos reportan que aproximadamente setenta y ocho millones de personas son infectadas con gonorrea al año y que la cifra va en aumento.
De todas estas personas se ha descubierto que el 6% no han podido ser tratadas con los antibióticos tradicionales. Pero sin embargo se cree que la cifra real es mucho mayor.
La gonorrea se ha hecho tan resistente a los antibióticos que ya existen casos en los que es imposible de tratar.
Lo que sucede es que la gonorrea es una bacteria panresistente, es decir se va haciendo cada vez más fuerte a las moléculas de los antibióticos conocidos.
Según declara la Dra. Teodora Wi, Oficial Médico de Reproducción Humana en la OMS:
«La bacteria que causa la gonorrea es especialmente inteligente, cada vez que usamos una nueva clase de antibióticos para tratar la infección, la bacteria evoluciona para volverse resistente a ellos».
Es un problema grave y que tiene muchas facetas distintas, todas muy difíciles de abordar.
Por un lado las prácticas de sexo irresponsable, son un factor importante.
El uso del preservativo lamentablemente ha disminuido en el mundo sobretodo sumado al incremento de los viajes y del llamado “turismo sexual”.
Por otro lado la pobreza de muchos países donde la enfermedad se expande cada vez más que limita los diagnósticos adecuados y a tiempo y los tratamientos certeros.
Esto hace que actualmente no pueda tenerse una idea real de la magnitud del problema tal como explica la Dra. Wi:
«Estos casos podrían ser sólo la punta del iceberg porque estos casos se detectan en los países más pudientes. Pero la mayor incidencia de gonorrea se da en otros países con menor poder adquisitivo».
La gonorrea es una enfermedad de trasmisión sexual que puede afectar los órganos sexuales y reproductivos, el recto y la garganta en su infección primaria.
Los síntomas son exudaciones purulentas y dolor al orinar.
De expandirse puede llegar a causar conjuntivitis e inflamación en las articulaciones y mostrar lesiones gonocócicas en la piel.
Al expandirse la infección se puede filtrar a la sangre y la infección se torna letal.
Además la presencia de esta bacteria incrementa el riesgo de contraer una infección de VIH.
Las mujeres son las más afectadas por este padecimiento puesto que además pueden sufrir:
- Inflamación en la región pélvica, útero y trompas de falopio,
- Esterilidad,
- Embarazos ectópicos
- Ceguera en los bebés en gestación.
El azote de enfermedad estaba casi eliminado gracias a la penicilina pero las nuevas cepas son indestructibles.
¿Qué podemos hacer?
- Los antibióticos deben ser tratados con la moderación y el respeto que se merecen. No debemos automedicarnos ni presionar al médico para que recete antibióticos en caso de resfríos o enfermedades virales.
- Además practicar y alentar en la comunidad una conducta sexual responsable pues la prevención es nuestro mejor aliado.
- Finalmente instar a los gobiernos y compañías a invertir recursos en la investigación de nuevos y accesibles antibióticos o nuevas formas de tratamiento bacteriano.
Comparte esta alarmante amenaza, si nos unimos todos podemos impedir que las bacterias destruyan la vida como la conocemos.