Por naturaleza los niños suelen ser muy curiosos, les encanta registrar las cosas de la casa, y la habitación de los padres no se salva. En algunos casos pueden encontrar lo que no deben. Así le ocurrió a una niña en Pensilvania, y le regaló a su amiguita de colegio algo que sus padres guardaban con celo para su disfrute íntimo.
Kahla Maneely es una madre de 26 años, casada con Brady Eisenhower de 29 años, quien es electricista. Viven en Mount Joy, Pensilvania, Estados Unidos y tienen tres hermosas hijas: Maxine, de 18 meses, McKenna, de tres años; y Myla de cinco añitos.
Kahla y Brady
Cierto lunes, Kahla, después de recoger en la parada de los buses a su niña Myla quien venía de vuelta del colegio. Preparaba la cena, mientras la pequeña contaba animada las cosas que había hecho ese día. Y justamente cuando estaban sentados dispuestos a iniciar su cena, entró un mensaje al teléfono de Kahla.
Se trataba de la madre de una compañera de clases de Myla, envió una foto de un juguete para adultos tipo anillo de color purpura brillante, con un mensaje en tono divertido.
“Hey, Myla le dio esto a mi hija en el autobús hoy. Ella podría haber estado hurgando en tus cosas jajaja”, escribió la mujer.
En el instante la cara de Kahla se enrojeció de la vergüenza, no sabía qué contestar. Sintió que el corazón se le hundía hasta la boca del estómago.
“No sabía qué hacer, nunca había estado tan avergonzado en toda mi vida. Pasé diez minutos solo mirando mi teléfono tratando de pensar en una buena respuesta porque no sabía qué decir”, explicó la apenada madre.
Cuando pudo pensar con un poco de claridad, y viendo que la madre de la niña lo había tomado con tranquilidad, se atrevió a responder explicando que el juguete no había sido usado nunca.
“¡Wow, estoy mortificada! Ni siquiera sé qué decir. ¡Lo siento mucho! ¡Puedo asegurarle que NO se usó! Acabamos de recibir un paquete de 4 y solo fui a verificar y faltaba 1. Probablemente mi hija pensó que era un anillo”, dijo la angustiada Kahla.
Los padres interrogaron a su hija quien al principio trató de negarlo, pero finalmente aceptó que había estado revisando el armario junto a la cama antes de ir a la escuela el lunes, y tomó lo que creyó que era una pulsera para regalarla ese día a su mejor amiga.
Kahla y Brady esperan que después de la larga charla sostenida con su hija haya aprendido la lección, y no vuelva a curiosear en su habitación.
Muchos usuarios de las redes sociales lo tomaron como algo divertido, y compartieron experiencias similares vividas con sus hijos, incluso con algunas mascotas.
Por su parte, Kahla estaba agradecida de que la madre de la niña haya manejado la situación de una manera tan inteligente. Aunque otros bromeaban en cuanto a si realmente el anillo no se había usado, según la apariencia que veían en la foto.
«Lo que me sorprende es que el anillo parece estirado”, dijo un divertido usuario.
En todo caso, no está demás guardar bajo llave ciertos artículos que no pueden ser dejados al alcance de nuestros niños. ¡Sin duda alguna Kahla tendrá muchísimo cuidado al respecto con sus objetos personales en el futuro!
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