Muchas familias luchan por conseguir mejores condiciones de vida para sus seres queridos. Pero, en ocasiones, el destino puede jugarles malos momentos que terminan separándolos y sumiéndolos en una profunda tristeza.
Se separaron hace 70 años
Esto fue lo que sucedió a la familia de Laudelino Martins da Silveira, quien pasó 70 largos años alejado de su hogar, después de que salieran de viaje hacia la ciudad para poder cuidar de mejor manera su hogar.
La historia de vida del trabajador rural Laudelino, vecino del distrito de Parnaso, Brasil, siempre ha encantado a sus hijos, nietos y amigos. A la edad de 13 años, perdió el tren durante un viaje con su familia y no volvió a saber de ellos durante 70 años.
Pese a todo el tiempo transcurrido, Laudelino nunca perdió las esperanzas de volver a ver a su familia y sus plegarias fueron escuchadas. Sus familiares también estaban buscándolo y fue gracias a la cuidadora de ancianos, Valdinéia Batista Guimarães, que pudieron reunirse.
El hermano de Laudelino le había realizado un corte en la mano por accidente cuando eran pequeños, con una máquina de cortar caña, y fue ese aspecto lo que les hizo saber que eran familia.
La familia de Laudelino está formada por ocho hermanos, pero una de las hermanas ya falleció. Nacieron en la región sur de Bahía y, en 1950, su padre, un hermano y Laudelino decidieron viajar a São Paulo en busca de mejores condiciones de vida.
La idea era encontrar una ciudad donde pudieran vivir y regresar a Bahía a recoger al resto de la familia. Sin embargo, en una de las paradas del viaje, Laudelino tomó una decisión que cambiaría su futuro.
“Salí con mi padre y mi hermano para ir al estado de São Paulo. Cuando llegamos a Río de Janeiro, me bajé del tren y salí a caminar. Mi hermano logró volver, pero yo no pude”, recuerda Laudelino.
Fue uno de los empleados de la estación quien se dio cuenta de que Laudelino se había perdido y lo llevó a un albergue en São Paulo, donde permaneció unos cinco meses, hasta que ideó un plan para escapar del lugar.
Recuperó a su familia
Posteriormente, Laudelino vivió hasta sus 17 años en un Juzgado de Menores y, tras ello, conoció a un hombre que lo invitó a trabajar a su lado en el campo. Sin saberlo, había conocido a quien se convertiría en su suegro y familia.
Ahora, a sus 83 años de edad, la vida de Laudelino está completa tras haberse reunido nuevamente con su familia biológica y su deseo es no volver a perder el vínculo con sus hermanos.
“Me sentí solo, tuve mucha suerte de que el chico pasara y me ayudara en la estación. Setenta años sin vernos y estamos tan unidos. Fue tan lindo, en mi cumpleaños conocí a mis hermanos y ya estamos planeando otra fiesta”, señaló Laudelino.
Historias como las de este dulce anciano nos hacen recordar la importancia de la familia, porque nunca se sabe qué puede pasar.
Comparte y, antes de salir de casa, asegúrate de decir a tus seres queridos lo mucho que significan en tu vida.