¿Te imaginas pasar más de 20 años sin poder ver y abrazar a tu padre? En la vida la presencia de un padre es elemental, especialmente cuando se es tan solo un niño, para sentir seguridad, protección y, sobre todo, afecto.
Tristemente, muchos niños se ven obligados a crecer sin el amor y cuidado de sus padres, por situaciones que no controlan y que van más allá de su capacidad de comprensión. Tal como le sucedió en Brasil a Girlei Barroso, cuando su papá desapareció sin dejar rastro.
Girlei tenía solo 10 años cuando vio salir a su padre, llamado Geraldo, de casa. Él le dijo que iría a buscar trabajo, partió de su natal Belo Horizonte y el pequeño hijo lo esperó durante años, más de lo que ambos hubieran deseado.
Pasaron 27 años sin verse
El tiempo pasó y ahora ese pequeño niño ya tiene 37 años, creció sin poder jugar y apoyarse en su padre. La ausencia de su progenitor siempre le causó una gran tristeza, pero en su interior tenía la esperanza de que algún día volvería a verlo.
Pese a que nadie más creía que Girlei se reencontraría con su padre, él no se dio por vencido y decidió buscar ayuda con la Policía Civil de su país, confiando en que ellos podrían encontrarlo con o sin vida.
Tras avisar a las autoridades policíacas, afortunadamente, los oficiales pudieron comunicar a Girlei la feliz noticia de haber encontrado a su padre, ahora de 61 años, en la ciudad de São Bento Abade.
El hombre fue encontrado en una casa que se encuentra al lado de una remota carretera, sin luz, sin agua y carente de toda condición mínima para poder vivir dignamente. En cuanto Girlei fue avisado, se trasladó de inmediato hasta ese lugar, deseoso de volver a ver el rostro de su padre.
“Cuando se fue a trabajar a Mato Grosso, lo amaba mucho. Aunque la gente dijo que podría haber muerto, nunca me di por vencido para poder reunirme con él. Siempre supe que estaba vivo”, narró Girlei.
Tras tanto tiempo alejado de sus seres queridos, Geraldo ha vuelto a abrazar a las personas que más ama, tanto a Girlei como a una de sus hermanas que incluso le ha pedido se mude con ella para recuperar el tiempo perdido.
Como es natural, el tiempo ha hecho estragos en la familia de Geraldo y hay muchos momentos que reponer. Girlei está convencido de hacer todo lo que esté en sus manos para recuperar su relación.
“La distancia enfrió el sentimiento, tuve miedo de no ser aceptado por él. Debido a la pandemia, no viajamos, pero siempre hablamos. Él es mi padre y estamos reconstruyendo nuestra relación”, afirma Girlei.
Geraldo no es el único padre que ha desaparecido inesperadamente. Por eso, en este país, se puede acudir a la Avenida Brasil, 464; barrio de Santa Efigênia, en Belo Horizonte, para solicitar ayuda con personas perdidas.
Muchas personas se encuentran en la búsqueda de un ser querido. Comparte esta historia para hacerles saber que nada es imposible y mantengan su fe.