A veces tenemos que cumplir un compromiso o realizar algo que queremos, pero no contamos con los recursos, en ese caso terminamos resolviendo la situación lo mejor que podemos.
Pero, en algunos casos la solución termina siendo objeto de críticas, tal como le pasó a un joven estudiante de Florida.
Laura Snyder es una maestra que trabaja en la Escuela Primaria Altamonte en Florida. En su cuenta de Facebook contó la experiencia que vivió con uno de sus alumnos.
“La semana pasada, mi escuela primaria participó en el día de los colores universitarios. Cuando les conté a mis alumnos sobre este día una semana antes, un niño en particular se acercó a mí y me dijo que quería usar una camisa de la Universidad de Tennessee, pero no la tenía», declaró la profesora.
Ella le indicó que si tenía una camisa naranja podía usarla, así demostraría su apoyo a la actividad, el chico le confirmó que sí la tenía y la usaría.
El día del evento llegó, el entusiasta niño se presentó muy contento y emocionado con su camisa naranja, pero le añadió un toque personal hecho por el mismo. Dibujó las siglas de la universidad «UT» en papel y se lo colocó a la camiseta.
Algunas chicas del colegio se burlaron del letrero que llevaba pegado a la camisa. Lo peor del caso es que ni siquiera habían participado en la actividad. Después del almuerzo fue directo a la oficina de la maestra, se sentía terriblemente mal, estaba devastado. Apoyo su cabeza sobre el escritorio y empezó a llorar.
Snyder decidió hacer algo para que se sintiera mejor, preguntó entre sus amigos quién tendría algún contacto para comprarle una camiseta oficial de la Universidad de Tennessee.
No pasaron muchos días cuando un representante de la universidad vino a la escuela con un paquete lleno de artículos distintivos de la misma.