Cuando una pareja decide casarse es una celebración que enaltece el amor que los une y el deseo de tener una vida feliz juntos. En algunos casos, el evento programado debe adelantarse por situaciones que no estaban previstas.
Myles Harrison le propuso matrimonio a su novia después de conocer el lamentable pronóstico de los médicos sobre el tumor cerebral que se le diagnóstico a los 18 años.
La condición de Myles empeoró dejando a los médicos impotentes ante su terrible enfermedad. Fue entonces cuando supo que ya era hora de casarse con el amor de su vida, Liz, de 29 años.
Conocer su condición llevó a Myles a consolidar la propuesta de matrimonio mientras estaba en la unidad de camas del Hospicio de North Devon en Barnstaple.
“Desafortunadamente no hay nada que se pueda hacer, y desde que conocí a Liz quise casarme con ella. Decidí que el hospicio sería un gran lugar. Me arrodillé y le propuse matrimonio a Liz”.
Después de que Myles le hizo la pregunta a Liz llegaron las enfermeras de cuidados paliativos con champán, flores y fresas y organizaron una sesión de fotos en el balcón para celebrar.
La pareja no tenía nada planificado para el día de la boda. Ambos estaban enfocados en el tratamiento de Myles.
Ante la premura de celebrar la boda, los amigos y familiares de la pareja e incluso algunas empresas locales se comprometieron a cubrir el costo de la ceremonia.
El gran día quedó a cargo de la organizadora de bodas Louise Hedges. El lugar, el automóvil, las sesiones de fotografías, el pastel, la música y la luna de miel fueron regalos para los novios.
Louise intervino para dar a la pareja la mejor boda posible, y organizó todo en solo dos semanas.
Los preparativos para ese día tan especial incluyeron peinados, maquillaje, emotivas fotografías y vídeos, un hermoso pastel de bodas, un desayuno y un buffet de la noche, helado para invitados, transporte al lugar, sala de fotos, una pista de baile y DJ, bebidas en El Donkey Bar y una luna de miel en Lane Barton Dream Cottage en Devon.
“No sé cómo lograron planificar y organizar todo en tan poco tiempo. Realmente son personas increíbles. No podemos creer lo que han hecho y cuánto han mejorado nuestras vidas”, dijo Myles.
La pareja estaba muy emocionada y agradecida por tantas demostraciones de amor y cariño.
“Fue un día de ensueño y más, mucho más de lo que esperábamos”, añadió Liz.
Cuando existe el amor los milagros existen. Comparte esta inolvidable boda que fue posible gracias a numerosas muestras de solidaridad en nombre de la importancia de valorar cada segundo la presencia de nuestros seres más queridos.