2019 ha sido un año lleno de emociones y cosas buenas en la vida de la futbolista de 20 años Lorena Benítez, sus logros abarcan no solo el ámbito deportivo sino también lo personal. Cuando nacieron sus gemelos tuvo que separarse de ellos y de su esposa Verónica Rivero, para cumplir sus compromisos en el mundial de Francia por lo que el regreso a casa estuvo cargado de alegría y felicidad.
Lorena Benítez jugadora de Boca, Kimberley, y de las selecciones argentinas de fútbol y futsal, conoció a quien es hoy su esposa, Verónica Rivero, delegada de la comisión de Futsal Femenino en la AFA. Prácticamente su amor nació en las canchas.
Decidieron vivir juntas, su relación se afianzó y sintieron que era el momento de dar un gran paso en la consolidación de su romance, era la hora de pensar en ser madres.
Fue Verónica quien se lo propuso, ella sentía la necesidad de formar una familia y la futbolista aceptó encantada.
«Yo soy más familiar, no soy de salir y siempre me gustaron los bebés. Tengo cinco hermanos más chiquitos y todos pasaron por mis brazos. Yo tenía 19 años cuando lo decidimos, pero me sentía mucho más grande, así que le dije que me encantaría», contó Lorena.
«Era para tener parte de las dos», argumentó la esposa de Lorena.
Serían madres de gemelos
La futbolista pudo estar en el parto y acompañar a su pareja por dos semanas antes de viajar a Paris para asistir al Mundial.
La distancia y la separación necesaria, no impedía que estuviera al tanto de su familia, se comunicaban diariamente por teléfono y mediante llamadas de Whatsapp y así se mantenía informada de cuánto iban avanzando sus pequeñitos.
El retorno a casa fue maravilloso, cientos de fans fueron al aeropuerto a recibir a la selección con banderas, agradeciendo su entrega y dedicación.
Pero lo que más emocionó a la orgullosa madre, fue ver entre quienes la esperaban a sus más queridos fanáticos: Ezequiel, Renata y Verónica.
«Durante todo el tiempo que Lore estuvo allá yo estaba amamantando a los bebés y contándole a ella la euforia que se generaba acá. Es una locura lo que vivieron y cómo las recibieron en Ezeiza fue hermoso», destaca la amorosa mujer.
Sin lugar a dudas este fue un año maravilloso para la mundialista y ahora le espera el mayor de los desafíos, criar a sus pequeños hijos y ser una amorosa esposa.
«Siento que ya viví los dos sueños más grandes que tuve. Criar a mis hijos va a ser otro gran paso para mí», cuenta orgullosa la futbolista.
Esta es una muestra más de lo exitosa que puede ser una mujer, sin descuidar ningún aspecto de su vida. Enhorabuena por esta hermosa familia.
¡Comparte esta tierna y hermosa historia con todos tus amigos, y fomentemos el amor por la familia!