Pagar impuestos al Estado es algo a lo que los ciudadanos están obligados, pero con lo que nadie termina de estar a gusto, principalmente porque son muchos los que cuestionan que incluso pagando legalmente los impuestos, no se benefician de los servicios que en justicia les pertenece.
Es lo que le sucedió a un ciudadano norteamericano del estado de Virginia, Nick Stafford, cuando decidió vengarse del DMV (Departamento de Vehículos a Motor), en Lebanon, después de que tras haber solicitado un teléfono para resolver una inquietud, se lo negaron, cuando era un derecho.
Stafford, que es propietario de la empresa Craft Vynil, es un hombre que ha llegado a ser un empresario exitoso a base de esfuerzo, después de montarse su negocio sobre una idea loca en el garage de su casa. Con el paso del tiempo, creó una gran fortuna basada en la honestidad y cumplir todas las obligaciones de ley. Es por eso que cuando tuvo el peor de los tratos en DMV, decidió que debía vengarse de algún modo.
El empresario había comprado un auto nuevo Corvette para su hijo, pero debido a que era propietario de 4 casas en 2 condados de Virginia diferentes, quería saber cuál de ellas debería incluir al dar de alta el nuevo vehículo.
Hizo una llamada telefónica para averiguar ese simple dato que en principio les tomaría a los funcionarios del DMV responderles 30 segundos, pero tras una larga espera lo derivaron a un call center, sin poderlo ayudar en su simple pregunta. Pidió los teléfonos directos privados y no se los quisieron facilitar.
Entonces acudió a un abogado para exigir el número directo de dicha oficina amparándose en la Ley por la Libertad de Información (FOIA). Cuando lo obtuvo y finalmente le contestaron, recibió el peor trato, ya que le dijeron que era una línea que no estaba disponible para el público, y le cerraron.
«No hace falta decir que después de MUCHAS repeticiones de llamadas al mismo número no listado (el número al que no se me «permitió» llamar), finalmente obtuve la respuesta a mi pregunta», relató Nick a los medios.
«Para probar mi punto, volví a llamar a la oficina del DMV de Lebanon y esta vez pedí los números de teléfono privados «no listados» de otras oficinas del DMV: Clintwood, Vansant, Tazewell, Norton, Jonesville, Gate City, Abingdon, Marion y Wythville, y me los volvieron a negar».
Lo que hizo después fue presentar al estado 3 demandas, dos en contra de los empleados que le atendieron y una en contra del DMV por haberle negado la información solicitada a la que tenía derecho, pero las demandas fueron desestimadas.
«Dado que el estado me entregó personalmente la información durante nuestra audiencia en la corte, no tuve ninguna objeción cuando la Oficina del Procurador General solicitó un despido».
«Usted puede preguntar, ¿por qué pasar por todo este problema? En 2016, pagué casi $300,000 solo en impuestos estatales y federales y tengo cero tolerancia con cualquier empleado del gobierno que se niegue a cumplir con las leyes, por eso», dijo tajantemente Nick.
«No debería importar si paga $300 por año en impuestos sobre la renta o paga $300,000 por año en impuestos sobre la renta como yo, porque la columna vertebral de una democracia / república libre comienza con la transparencia del gobierno, punto».
Fue entonces cuando no contento con el trato recibido, decidió manifestar su indignación tanto con el Departamento de Vehículos a Motor (DMV), como por la falta de acceso a la información; y decidió vengarse cuando llegó el momento de pagar su impuesto de transmisión de sus dos automóviles.
Lo hizo pagando los 2.987,45 dólares en monedas de un céntimo
Para llevar las casi 300.000 monedas hasta la oficina local de DMV necesitó cinco carretillas.
El personal invirtió casi doce horas en hacer el recuento manual del montante entregado. Y no pudieron negarse a aceptar el pago por una ley de 1965 que indica que las monedas de curso legal son “un modo de pago admisible para todas las deudas, gastos públicos e impuestos”.
A Nick no le importó tener que contratar hasta 11 personas para que le ayudaran a desprecintar los blisters que contenían 440 dólares, además de los 400 dólares de las carretillas y los casi 200 dólares por los litigios.
Así fue como Nick se vengó y al menos le quedó la satisfacción de haber logrado que su voz sea escuchada:
No te vayas sin compartir esta peculiar manera de vengarse con el Estado por algo que le correspondía en justicia. ¿Qué te parece?