Alyssa Ramos es una afortunada y bella chica que se dedica a escribir sobre viajes, destinos turísticos y estilo de vida. Un trabajo de ensueño que implica viajar por el mundo… y ser juzgada casi instantáneamente por la gente. Ella nos aclara un par de cosas, por si tenías alguna duda:
1. No soy una prostituta. Mucha gente me ha sugerido directa o indirectamente que, por ser bonita y viajar sola, consigo el dinero para mis gastos por medio de la prostitución o alguna clase de intercambio de favores. Pago mis propios viajes y consumos, aún no he encontrado la manera de monetizar mi linda cara (no me estoy quejando de mi belleza ni de mi trabajo). Una vez en Cuba conocí un chico alemán que me contó que los lugareños le habían advertido de «chicas como yo»: mujeres atractivas que caminan solas de una playa a otra y establecen conversaciones con extrajeros para seducirlos y conseguir beneficios. Les aseguro que yo no lo hago, gracias.
3. YO pago mis propias cosas. Muchos me preguntan quién me paga los viajes, quién toma las fotos. Yo las tomo, usando un selfie stick si hace falta. No hay ningún patrocinador secreto, no le pido dinero a mis padres ni hago colectas para fondearme. Ser bonita no significa que no pueda ganar mi propio dinero o ahorrar en vez de irme de compras. De hecho prefiero gastar en un boleto de avión que en un bolso nuevo 🙂
4. Sí, yo también juzgo a las personas. Ante mis ojos todos son iguales… hasta que llegan a ofenderme con comentarios tóxicos y vibras negativas. Cuando escucho cuchicheos, risitas o comentarios descarados en voz alta juzgo a los demás no sólo como turistas, sino como como personas ignorantes.
5. Ok, de hecho piensas que soy bonita. Ya sé, me quejo demasiado porque la gente me mira al viajar sola y debería estar «agradecida por lucir así». Pero yo trabajo duro sin usar mi físico para poder viajar, así que me ofende cuando la gente me juzga por mi apariencia. Pero ya soy mayor y también reconozco que no todos son tóxicos y malvados… algunas personas realmente solo piensan que soy «bonita» y eso es lindo. Probablemente no piensen que soy inteligente o divertida o que tengo mi propia fundación de caridad, pero bueno, ¡supongo que eso es mejor a que asuman que soy una prostituta!
Las personas somos mucho más que nuestros cuerpos y juzgar a alguien por su apariencia es francamente absurdo, pero es más fácil juzgar sin saber a dedicar tiempo a conocer a alguien… Recuerda la regla de oro: «Trata a los demás como te gustaría que te trataran», siempre con respeto. 😉
¿Te han juzgado erróneamente alguna vez? ¡Cuéntanos y comparte!