Celeste Yvonne es una madre de dos que ha debido pasar por la angustiosa sensación de sentir que no puede más. El nacimiento de su segundo hijo, las labores del hogar y su trabajo en la oficina la hicieron sentir realmente desesperada.
Vivimos en una sociedad donde se espera que la mujer se haga cargo de una infinidad de tareas como si simplemente tuviese un superpoder.
“Un bebé recién nacido es agotador mental, física y espiritualmente. Es un período caótico en donde las madres nunca tienen tiempo para ellas”, explicó Celeste.
Celeste decidió que las cosas habían llegado demasiado lejos y debía pedir ayuda antes de que fuese demasiado tarde.
“Sé que nuestros padres lo hicieron así y no me gusta pedir ayuda. Siento que fracasé por pedir ayuda”, se lamentó Celeste.
Los primeros meses de un bebé resultan especialmente exigentes para toda madre. Deben estar atentas a los cuidados del pequeño a toda hora y rara vez logran dormir durante toda una noche.
“Sólo soy humana y te necesito. Si las cosas siguen a este ritmo siento que me quebraré. Eso te haría daño a ti, a los niños y a nuestra familia porque tú también me necesitas”, dijo Celeste.
Si además de todo esto agregas un niño más grande a la ecuación y una casa en donde debes hacer la comida, la limpieza y mucho más; es comprensible que las cosas comiencen a salirse de control. Celeste asegura que su pareja es un maravilloso esposo y siempre la ayuda, pero era evidente que necesitaba mucho más.
“Anoche te pedí que cuidaras al bebé para que yo pudiese dormir pero fue difícil para ti hacer eso. El bebé lloraba y 20 minutos después subiste a dejarlo a mi lado”, lamentó Celeste.
Su esposo pasa la mayor parte del día en la oficina y cuando finalmente llega a casa no siempre se encarga del bebé. En una ocasión, Celeste sentía que necesitaba tomar una siesta, pero su esposo no lograba hacerse cargo del pequeño.
“Hiciste un claro gesto de que ya habías terminado de cuidarlo. Sólo quería un par de horas de sueño. ¿Es demasiado pedir?”, dijo Celeste.
A través de una larga publicación, Celeste reflexionó sobre lo difícil que resultaba a las mujeres pedir un poco de ayuda extra a sus familiares, especialmente en momentos tan cruciales como ese que ella estaba enfrentando.
Sus palabras iniciaron una enorme reflexión en las redes y lo mejor de todo es que le permitió tener una conversación con su esposo para poder cambiar las dinámicas en el hogar.
“Mi esposo no tenía idea de todo el estrés que estaba sufriendo. También él me confesó sus preocupaciones sobre ser padre. Estoy muy agradecida con nuestra comunicación”, dijo Celeste.
La maternidad es una experiencia realmente maravillosa, pero no es nada fácil. Todas las mujeres merecen tanto apoyo como sea posible durante esta etapa para que tanto ellas como los bebés puedan llevar una vida feliz y saludable.
No dudes en compartir las duras palabras de Celeste para ayudar a que todos comprendan la realidad que muchas mujeres enfrentan en sus hogares.