Indiscutiblemente, el maquillaje es una herramienta necesaria cuando de apariencia se trata, Skye McLaughlin, de 24 años, de Perkiomenville, Pensilvaniasabe sabe muy bien que es así.
Skye gastó en un año cerca de 6.000 dólares en maquillaje para expresar a través del rostro sus estados de ánimo, logrando así convertirse en una «muñeca de arte viviente». Ella busca expresar en cada maquillaje el arte de la comunicación visual.
La joven cambia a diario su maquillaje y todo lo hace dependiendo de cómo se sienta. Describe su cara como un perfecto “lienzo de emociones”.
Inspirada en la Cultura Japonesa, por sus maquillajes faciales desde tiempos milenarios, Skye está dispuesta a desafiar la imagen impuesta por las pasarelas ortodoxas donde se requiere de un cuerpo delgado y esbelto como la famosa Barbie para poder convertirse en una muñeca viviente.
Ella piensa que más que tener un cuerpo perfecto, se debe tener un alma hermosa.
Skye siempre ha sido una persona de contextura gruesa a pesar de su baja estatura, pero eso no ha sido ningún impedimento para convertirse en una muñeca viviente de talla plus.
Al principio, mucha gente me decía que no podía ser una muñeca porque estaba gorda. La gente asocia la belleza solo con tallas pequeñas y personas delgadas. Pero ignoré esos comentarios e hice lo que me salía del corazón.
Gracias a su valiente decisión, ahora está ayudando a otras personas que son de talla grande a darse cuenta de que también pueden hacerlo.
Todas las semanas la visita un gran número de personas que se sienten inspiradas, y que quieren romper la tradicional regla de belleza. Ella no impone ninguna regla a la hora de vestir, asegura que usar lo que se quiere es parte de la magia de la vida.
Confiesa que uno de sus objetivos es hacer que las personas se sientan cómodas usando lo que les guste. Es muy importante profundizar y ser quién eres.
Quiero hacer ver a la gente que no hay reglas en el mundo de la belleza, todos podemos vestir y maquillarnos como queramos, incluso podemos ser inspiración de otros. El primer paso es aceptarnos tal y cual como somos, para poder ayudar a otros”.
La inspiración de Skye comenzó a la temprana edad de 15 años cuando su madre quien es maquilladora profesional la maquilló por primera vez.
En la escuela no tenía los fondos para invertir en cosméticos, entonces ella usó marcadores para crear efectos especiales y realistas en su rostro y cuerpo.
Desde entonces Skye vio que con su rostro podría expresar muchas emociones y trasmitir alegría y ser inspiración para las personas. Ella usa sus redes sociales para mantener contacto con la gente y poder ayudarla.
Ahora, estoy ayudando a otras personas que son de talla grande a darse cuenta de que también pueden hacerlo. No tengo que vestirme monótono porque soy de talla grande».
Cuando tenía 18 años, comenzó a trabajar en casas embrujadas como una payasa con la cara blanca y eso le proporcionó la base para el maquillaje que aun usa, pero que con el tiempo ha ido perfeccionando.
Cuando estoy enojada, me lo pinto en la cara. Cuando estoy triste, me lo pinto en la cara y cuando estoy feliz, me lo pinto en la cara. Todos los días expreso mi estado emocional en las combinaciones de colores que uso para mi cara. A veces siento que me estoy convirtiendo en una caricatura de emociones».
Skye dijo que generalmente recibe comentarios positivos sobre su apariencia, sin embargo, cuando es blanco de alguno negativo no le causa problemas, pues sabe que en este mundo hay de todo.
Aunque dice que le encanta maquillarse reconoce que la parte favorita del día es cuando se lo quita.
Es como un soplo de aire fresco. El maquillaje es una inhalación profunda y quitárselo es dejarlo todo nuevamente. Es parte del ciclo. Me siento igual de bien con o sin maquillaje. El lienzo en blanco está bien, es bueno y es mío».
Afortunadamente Skye pudo superar todos los obstáculos y aprendió a quererse tal y como es. Comparte su testimonio.