Muchas familias han visto sus vidas terriblemente afectadas por los estragos del coronavirus. Omar Taylor y su esposa Kaitlyn decidieron que lo mejor era acatar las normas de distanciamiento social y permanecieron en casa junto a sus hijos. Lamentablemente, esto no fue suficiente y Omar comenzó a presentar los síntomas de COVID-19.
Omar contrajo el coronavirus con apenas 31 años de edad.
Las cosas se salieron de control y finalmente fue trasladado al hospital ya que tenía muchas dificultades para respirar. Omar no podía recibir visitas y Kaitlyn permaneció en casa con los pequeños. Unos días después recibió una aterradora llamada del hospital. Los médicos estaban haciendo todo lo posible por ayudar a Omar, pero nada parecía dar resultado.
Omar y su familia viven en la ciudad de Essex en Inglaterra.
Tomaron la decisión de inducirlo a un coma para ver si lograba mejorar, pero le advirtieron a Kaitlyn que debía prepararse para lo peor.
La afectada esposa no sabía cómo lidiar con todo esto, pero las alarmantes noticias no paraban de llegar. Un par de días después, Omar salió del coma pero su situación era realmente inestable.
Omar y Kaitlyn tienen dos hijos de cuatro y dos años de edad.
Durante todo este tiempo había sufrido doble neumonía, sepsis, fallas cardíacas y dos infartos. Había perdido la movilidad en uno de sus brazos y no podía hablar con normalidad. En aquel momento era muy difícil saber cómo evolucionaría la situación, pero advirtieron a la familia que no volvería a caminar.
“Nos dijeron que perdería la vida. Después dijeron que no podría caminar. Todo su proceso de recuperación ha sido milagroso”, explicó su esposa.
Afortunadamente, Omar nunca se rindió. Desde que ingresó al hospital, le aseguró a su familia que regresaría justo a tiempo para celebrar el cumpleaños de su hijo menor. En contra de todos los pronósticos, eso fue precisamente lo que hizo y logró cumplir con su promesa.
“Estuvo en el hospital durante ocho semanas. No parece mucho tiempo para un adulto, pero para los niños fue demasiado. Llegaron a pensar que nunca volvería”, dijo Kaitlyn.
Las pruebas de coronavirus regresaron negativas. Había ganado la batalla contra el COVID-19 y ahora podía continuar recuperándose con la ayuda de su familia. Omar salió del hospital caminando y ahora está decidido a seguir dando lo mejor de sí para volver a ser el de siempre.
“Tendremos una gran fiesta de celebración. Sólo nosotros cuatro. Estamos muy felices de darle la bienvenida en casa”, celebró Kaitlyn.
Los especialistas creen que la situación de Omar llegó tan lejos porque tenía una condición preexistente: colitis ulcerosa. No sólo debió luchar contra las dificultades respiratorias del coronavirus sino que también sufrió incontables complicaciones médicas. Por suerte, todo esto es cosa del pasado.
La familia entera sigue permaneciendo en aislamiento y ahora aprovechan al máximo cada instante que pasan juntos.
La recuperación de Omar es una fuente de inspiración para todos. Muchos habían perdido la esperanza pero él jamás se rindió. ¡Comparte!