Lamentablemente, muchos miembros de la comunidad LGTBIQ siguen siendo objeto de malos tratos por el simple hecho de hacer uso de su libertad y decidir llevar una vida acorde a su verdadera identidad, más allá de los prejuicios de la sociedad.
Una mujer transgénero brasileña que vivió durante mucho tiempo en la calle, de nombre Jéssica Piovani, es la mejor muestra de que siempre se puede salir adelante, sin importar cuán dura haya sido la vida.
La historia de Piovani se viralizó en el mes de junio pasado, cuando dio su testimonio de vida en un vídeo capturado para el “Proyecto Existimos”, el cual ayuda a personas de las comunidad LGTBIQ que viven en las calles.
Piovani se encontraba completamente vulnerable en el centro de São Paulo, suplicando ayuda. Ella huyó de su lugar de origen, Natal, al noroeste de Brasil, después de que su amiga Luana perdiera la vida a causa de la discriminación hacia su comunidad.
Jéssica solo pedía tener una oportunidad para poder salir de las calles y tener una vida digna. Pero, jamás se imaginó que su historia se viralizaría y realmente le abriría muchas puertas que cambiarían su destino para siempre.
Piovani fue acogida en la casa del artista Marcelo Zill y también ganó una sesión de fotos realizada por profesionales, como Walério Araújo y Leandro Rudaluge. Sobre todo, Jéssica se ganó el amor y la empatía de miles de internautas, quienes incluso recaudaron fondos para poder comprarle un teléfono.
Sin esperarlo, esta inspiradora mujer se convirtió en influencer de las redes sociales con su historia de vida; superando más de 50 mil seguidores en Instagram, espacio en donde compartió su deseo de poder trabajar en un salón como estilista.
Fue entonces que la mujer de negocios Marcella Dias decidió darle una oportunidad a Jéssica en su salón ”Studio Mega”.
“Chicos, fui contratada en Studio Mega. Gracias a Dios y a Marcella Dias, por supuesto. No dejo de agradecerle a todos mis seguidores. Ustedes son los que me dan fuerza”, celebró la mujer.
Marcella vio en Piovani un reflejo de su propio triste pasado, por lo que quiso devolver al destino la misma oportunidad que ella había tenido hace 16 años, antes de convertirse en la talentosa empresaria de una extensa red de salones de belleza.
“Estoy inmensamente feliz de poder dar esta oportunidad, después de todo, hace 16 años también fui recibida de esta manera, y me convertí en quien soy porque aproveché una oportunidad. Gracias a todos los que compartieron la historia de Jéssica, hoy podemos continuar esta cadena de ayuda”, dijo Marcella.