Para ser una persona honesta no se necesita tener dinero de sobra, solo un gran corazón y, la mayoría de las veces, es la gente más humilde quien da muestra de lo importante que es ser integro y jamás quedarse con las pertenencias de alguien más.
Esto fue lo que hizo un humilde cortador de caña brasileño, de 40 años de edad, llamado Odair José Ferreira, ahora todo aquel que lo encuentra por la calle se le acerca para confirmar su noble historia de honestidad.
Y es que Odair se ha convertido en toda una celebridad en Itapuranga, una ciudad en el centro de Goiás, donde vive. Mientras sale a la calle no deja de ser abordado por extraños curiosos, después de haber devuelto una billetera que encontró en la ciudad.
Dentro de la billetera, Odair se encontró con la sorprendente cantidad de 1.500 dólares, decidiendo desde un principio que no se quedaría con ella debido a la sólida educación que recibió desde niño.
«Estoy muy feliz. Nunca pensé en darme a conocer así, por ser honesto. Mi abuela me dio esta educación, solo quiero lo que es mío”, dijo el hombre.
El acto de honestidad tuvo lugar el lunes por la mañana, 19 de octubre, Odair iba a trabajar cuando se encontró la billetera mientras esperaba pacientemente el autobús.
“Iba a esperar el autobús en el banco, debajo del árbol de mango, eran alrededor de las 5:00 am. Entonces vi la billetera ahí arriba. Estaba llena de dinero. Revisé los documentos y era de Anízio de Faria, dueño del supermercado de al lado”, narró el hombre.
Anízio, vive frente al supermercado y fue despertado en la madrugada por el cortador de caña que solo buscaba devolverle lo que le pertenecía. El dueño del dinero no podía creer lo que sucedía, consciente de que son escasas las personas honestas.
El hombre había extraviado su billetera durante la tarde del día anterior y no tuvo oportunidad de buscarla, pero tuvo la buena suerte de que fuese encontrada por una persona íntegra como Odair.
“Creo que no es algo común. Es un muy buen hombre, todo ejemplo”, dijo el comerciante.
Anízio y Odair se sorprendieron de que la billetera estuviera intacta durante tantas horas, ya que el lugar es muy concurrido y no suele estar bien iluminado por la noche. Después de recibir la billetera, el empresario quiso recompensar a Odair por el gesto, pero el trabajador se negó.
“Me preguntó cuánto quería por lo que hice. Dije que no quería nada, nunca se me pasó por la cabeza tener nada de ese dinero”, afirmó el cortador de caña.
Después de mucho insistir, Anízio logró convencer a Odair de que aceptara algunos productos de su supermercado para poder cocinar un delicioso asado. Pero acciones como esta, son tan escasas que simplemente no tienen precio.
No te vayas sin compartir este inspirador caso con todos tus amigos y no dejes de promover la honestidad.