Una de las cosas que les hace mayor ilusión a las novias el día de su boda es el vestido, la mayoría sueña con usar un diseño que la haga sentir como una princesa atrayendo todas las miradas.
Pero, sobre todo, sueñan con impresionar gratamente a su prometido que la espera en el altar para dar el “Sí, quiero” delante de sus seres queridos.
Cat Wilkinson, de 29 años, compró su vestido de novia en una tienda de segunda mano por el módico precio de 27 euros.
“Espero que mi vestido de novia de 27 euros sea un pequeño recordatorio de que algo no tiene que ser demasiado costoso para hacerte sentir especial”, relató Cat.
El día después de su compromiso ella encontró el vestido en una tienda de segunda mano y no dudó en adquirirlo para usarlo. Ella es profesora en la Universidad de John Moores de Liverpool, se casó con su novio Mike después de cinco años de noviazgo a principios de este mes.
Cat caminó al altar con ese vestido manga larga de encaje que adquirió en una tienda de Sue Ryder en York, le hizo algunas modificaciones para ajustarlo a su gusto.
Le colocó unos botones en la parte posterior y en las mangas, y modificó de lugar algunas flores que estaban frente al vestido.
Después de adquirir el vestido Cat visitó una tienda de novias vintage y descubrió que el vestido era de la década de 1950, era probable que hubiera sido confeccionado en una tienda de novias ubicada cerca de su casa.
El día de la celebración de su boda recibió muchos elogios por su vestido y quiso compartir su historia en su perfil de Facebook. Lo que no imaginó es que se haría viral.
“Desde nuestra boda he recibido muchos cumplidos encantadores por mi vestido de novia, muchas personas me preguntan de dónde es, así que pensé en compartir la historia”, comentó Cat.
Había transcurrido un día desde que su novio le propuso matrimonio cuando visitó una tienda de caridad, como hace con frecuencia en York, y vio el vestido en uno de los muebles donde exhiben la ropa.
“Era una tienda de caridad de dos plantas, estaba arriba y llamé a Mike para decirle que no subiera mientras me ponía el vestido y le pedía a un trabajador de la tienda que me tomara una foto”, relató Cat.
“Compré el vestido por 27 euros (el equivalente a 35 libras), le hice algunas modificaciones para adaptarlo a mi gusto. Llevé el vestido a una tienda de novias vintage y descubrí que fue hecho en 1950 y que los adornos eran mucho más antiguos”, eso le hizo presumir que el vestido había pasado por varias generaciones y que los adornos podrían ser parte del vestido de la madre de la novia, por ejemplo.
En las modificaciones que Cat le hizo al vestido gastó aproximadamente 222 euros, así que en total el vestido le habría costado 257 euros.
Cat asegura que desde que lo vio por primera vez le encantó el diseño de encaje y que era de un color blanco brillante.
Cuando conversaba con su hermana y amigas sobre cómo sería el vestido de novia de sus sueños siempre afirmaba que le gustaría que tuviera manga larga y cuello alto.
Sin embargo, nunca imaginó que ese vestido que vio en la tienda de caridad le quedara bien.
“Nunca pensé que se ajustara bien a mi cuerpo, la principal razón por la que me lo medí fue para ver si la imagen de lo que quería y tenía en mente desde hace años era correcta”, dijo Cat.
Efectivamente ese vestido que soñaba lo vio materializado en aquella sencilla tienda de segunda mano. Con su anécdota demuestra que tal como ella afirmó, no hace falta gastar mucho para sentirse especial, compártela.