Vivir la terrible experiencia de dar a luz sabiendo que el bebé nacerá sin vida es una situación desgarradora. Es una pérdida anunciada que enfrenta sentimientos de angustia, incertidumbre, impotencia y mucho dolor.
Son múltiples las causas de que esto ocurra y Brooke Campell, una madre de 27 años de Brisbane, decidió contar su historia para evitar que otras familias pasen por esta terrible vivencia.
Brooke en medio de su dolor, compartió las fotos de su hijo que nació sin vida para resaltar la importancia de algunos simples análisis de sangre en la etapa de gestación que no son considerados obligatorios para el control del embarazo.
También quiere instar a las mujeres en estado a que consideren realizarse esos análisis… ¡Esto puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte!
Brooke quedó devastada en su semana 36 de embarazo tras recibir la terrible noticia de que su bebé no tenía signos vitales a causa de un desprendimiento de la placenta. Este desprendimiento de la pared del útero de manera parcial o total es conocido como abrupción placentaria.
Aunque, las razones que ocasionan este desprendimiento no son conocidas en la mayoría de los casos, los factores de riesgo pueden ser traumatismo abdominal, incremento de la presión arterial materna, abuso de algunas sustancias, o un trastorno genético.
Sus consecuencias son graves tanto para la madre como para el bebé, lamentablemente puede llegar a ocasionar hasta la muerte. Esto causa sangrado en la madre e impide el suministro de oxígeno y nutrientes del bebé.
A Brooke se le presentó una hemorragia muy fuerte, que la puso al borde de la muerte tras perder 1,7 litros de sangre a finales del mes de agosto, cuando tenía 36 semanas de embarazo.
Mientras esperaban la ambulancia, Brooke perdió mucha cantidad de sangre, los coágulos también eran muchos. Estaba en shock total, no podía creer lo que le estaba pasando, pero sabía que era algo muy grave, no sentía a su bebé.
Cuando llegaron al hospital, esta madre quedó destrozada cuando su obstetra descubrió que el bebé ya no tenía latidos del corazón.
Mi corazón estaba destrozado. Miré la pantalla del ultrasonido y pude ver el cuerpo sin vida de bebé dentro de mí. Es una imagen que nunca podré borrar de mi mente».
Ella fue quien le dio la triste noticia en la habitación a Elliott, su marido, cuando regresó de la ambulancia con las maletas. Él se desplomó y cayó al suelo diciendo que no era posible, cómo podía suceder eso. Varias enfermeras lo ayudaron a ponerse de pie.
En medio del llanto, dolor y desconcierto, Brooke fue trasladada a la sala de partos donde tuvo que dar a luz a su bebé aún sabiendo que nacería sin vida.
Pasar por el parto fue muy cruel sabiendo que Darcy se iría cuando saliera. Pero no había otra opción. Simplemente rompí a llorar sabiendo lo que vendría después».
Después de 3 grandes empujones ya el bebé estaba afuera de su madre. Midió 53 centímetros de largo y peso 3,3 kilogramos, al igual que su hermano mayor.
Brooke comentó que Darcy se veía saludable y hermoso, excepto que no lloraba como un recién nacido. Su corazón estaba realmente destrozado, parecía que estaba dormido, ella sólo quería que respirara por primera vez.
Lo envolvieron y me lo pusieron en el pecho, fue un momento maravillosamente trágico. No era justo que no estuviera vivo, estaba tan sano».
El hospital les permitió estar con Darcy el tiempo que necesitaran para despedirse de su bebé. Darcy permaneció en la habitación en una cuna que tenía un sistema de refrigeración. Su madre se negaba a dejarlo ir.
Lo abracé sobre mi pecho toda la noche. Me desperté muchas veces esa noche solo para abrazarlo, besarlo y llorar en silencio”.
Mientras ella lo acunaba en sus brazos por última vez, su esposo la consoló y el pequeño Noah, aunque estaba un poco confundido porque el bebé no se estaba moviendo, le dio un tierno beso a su hermano.
La causa de la muerte fue la hemorragia producida por el desprendimiento de la placenta. Ella comentó que la placenta simplemente salió volando de la pared del útero y el bebé sufrió un paro cardíaco por falta de oxígeno.
Su familia lo llevará siempre en su corazón. Desde el anunció de su existencia fueron días de celebración y de dulce espera para su llegada.
Durante todo el embarazo esta familia realizó varias tomas fotográficas para iniciar el álbum de recuerdos que serían parte de esas vivencias que lamentablemente no pudieron continuar.
Los análisis de sangre que se le practicaron a Brooke arrojaron como resultado que ella padece un raro desorden genético de coagulación llamado Factor V Leiden, que afecta a una de 20 a 25 personas.
Es importante confirmar la presencia de Factor V Leiden en la sangre de la mujer embarazada mediante la prueba y así cumplir con el tratamiento de inyecciones durante el todo el embarazo para evitar el desprendimiento de la placenta.
Si esta prueba fuera obligatoria para todas las mujeres embarazadas, no habría perdido a mi hermoso hijo»
Después de encontrar la fortaleza para contar su historia, Brooke dijo que quería concienciar sobre el riesgo de padecer este desorden genético y la posibilidad de que las mujeres embarazadas pudieran estar portando el factor genético sin saberlo y pasen por la terrible experiencia que ella vivió.
Ella considera necesario que este examen sea obligatorio como parte del control de la gestación, es importante conocer si padecen este trastorno, es un riesgo muy grande que puede ser controlado.
¡Ningún padre quiere enterrar a su hijo!
Ella no desea que nadie arriesgue su propia vida ni la de su bebé, solo quiere trasmitir que esto existe y lamentablemente son muchos los casos en los que se enteran cuando ya es demasiado tarde.
Tras esta irreparable pérdida Brooke no salió de su casa por semanas, estaba sumergida en un estado de depresión muy grande.
Afortunadamente, encontró el apoyo en su hijo Noah que la motiva a tener la esperanza y la ilusión de un nuevo amanecer, en su marido, familiares y amigos que le han dado parte de la fortaleza que necesita para seguir adelante.
Entendió que quedarse en silencio no ayudaría a otras familias. Decidió hablar de su historia y evitar que otra madre tenga que pasar por este profundo y desgarrador dolor.
En honor a Darcy la fotógrafa de la familia, Natasha Thaelser, en nombre de Art for Life Photography prometió contribuir con el legado del pequeño Darcy en la campaña Bears of Hope.
Ella ofrece sus servicios de igual valor por cada donación realizada. Si quieres conocer más sobre esta iniciativa y hacer un donativo puedes hacer clic aquí.
El mensaje de esta madre es realmente muy importante, sin lugar a duda marca la diferencia entre la vida y la muerte. ¡Compártelo!