Su esposo la abandonó mientras sufría las consecuencias de un terrible accidente

Algunas experiencias llegan sin avisar y de manera intempestiva obligan que la vida de un giro de 360 grados. Son experiencias que lamentablemente van dejando huellas asociadas a un profundo dolor que logran sanar con la manifestación de un verdadero amor.

Es el caso de la vida de Riona Kelly, una mujer de 37 años, residente de Halifax y madre de 4 hijos que fue víctima de un accidente cerebro-vascular en el 2015, que no sólo le dejó una parálisis de la cintura para abajo, sino que también le dejó el abandono de quien fue su marido durante 14 años.

Este accidente cerebro-vascular afectó gravemente su columna vertebral y el pronóstico de los médicos no fue nada alentador. Descartaron las probabilidades de que volviera a caminar, nunca podría recuperar el uso de sus piernas.

Riona asegura que luego del quinto día en el hospital después de haber sufrido este terrible accidente su marido le pidió el divorcio. Definitivamente esto representó para ella otro golpe inesperado que afectó aún más su estado general.

Sin embargo, Richard quien era su marido para ese momento, afirmó que la solicitud del divorcio se la había hecho la mañana antes del derrame.

«Después de sufrir el accidente cerebro-vascular no sólo tuve que lidiar con la parálisis, también tuve que lidiar con el hecho de perder a mi pareja de 14 años”

Después que le pidió el divorcio ella sintió que se quedó completamente sola, justo cuando más necesitaba el apoyo de su esposo.

Los médicos inicialmente le notificaron que ella podría dar sus primeros pasos después de 6 semanas, sin embargo, ese tiempo pasó y ella no pudo mover sus piernas. Fue entonces cuando los médicos le informaron que el daño había dejado secuelas que le impedirían volver a caminar.

Ella se preguntaba una y otra vez por qué le había sucedido eso, era una mujer sana y en forma. Sólo había tenido un accidente de tránsito un año y medio antes del derrame y aunque le dijeron que podría haber causado problemas en su columna vertebral no tuvo consecuencias.

Confiesa que fueron momentos muy duros y si hubiese tenido la opción de acabar con su vida lo hubiese hecho, no quería vivir más.

En ese momento ella tuvo ganas de rendirse, pero sabía que tenía que ser fuerte por y para sus hijos, Leighanra, de 16 años, Caleb de 11 años, Izabela, de 9 años y Logan de 5 años.

Después de muchas horas en fisioterapia, con altos y bajos, milagrosamente dio sus primeros pasos en la barra paralela, sólo dos semanas después de recibir aquella mala noticia.

“La primera vez que salí en una silla de ruedas pensé que todo el mundo me miraba, sentía mucho odio hacia todos y hacia mí también”

Encontró la fortaleza y la determinación en el amor de sus hijos y logró desafiar las predicciones de los médicos y dejando a todos sorprendidos dio sus primeros pasos apenas 8 semanas después de aquel accidente.

«Estaba arrastrando mi cuerpo y no sentía mis piernas, pero no me importaba, yo estaba caminando y eso era lo único que me preocupaba”, dijo Riana.

Su fisioterapista se emocionó mucho, no podía creer lo que ella estaba haciendo. Finalmente, después de 4 meses en el hospital le dieron el alta y pudo ir a su casa.

Después que su marido la dejó en el hospital, su amiga Sarah se convirtió en su pariente más cercano. Sarah y sus hijos fueron su apoyo durante su recuperación, así como los otros pacientes de la sala, quienes consideró seres excepcionales que le dieron mucho apoyo y cada día la animaron para salir de la cama y seguir adelante.

En enero del año pasado ella publicó un mensaje en Facebook buscando un entrenador personal para ayudarla y por sugerencia de algunos amigos ella contacto a Keith, sin saber que este hombre ex-futbolista profesional de la liga de rugby sería el amor que llenaría su corazón.

Después de varias sesiones, Keith y Riana mantuvieron contacto. Siempre le manifestó estar preocupado por su bienestar. Poco a poco la relación de ambos fue creciendo.

«Hemos estado juntos desde hace 11 meses, a los niños realmente les gusta y se sienten bien. Finalmente siento que estoy viviendo la vida que merezco», comentó Riana.

Actualmente ella puede caminar sin ayuda alrededor de la casa usando sus muletas para moverse. Su casa no ha sido adaptada para el uso de la silla de ruedas y trata de no usarla dentro, lo hace sólo cuando realiza viajes largos.

Cuando mira hacia atrás reconoce que se sentía miserable en su matrimonio, pero habían construido una vida juntos y tenían responsabilidades que cumplir.

Es cierto que para ella fue un golpe muy duro cuando el padre de sus hijos le pidió la separación bajo esas condiciones, pero el tiempo le ha confirmado que fue una buena decisión.

Su ex-marido contó que mientras estaba en el hospital, él la visitaba lo más que podía porque tenía que cuidar a los niños, la casa y encargarse del negocio, hasta que se dio la separación definitiva.

Riana pensó que después de su derrame cerebral su vida había terminado, pero fue sólo un comienzo a una nueva vida. Realmente siente que se le han abierto muchas puertas maravillosas.

Esta gran mujer ha completado dos maratones con la ayuda de su silla de ruedas y encontró a Keith su entrenador personal que no sólo la ha ayudado a superarse, sino que la ha conquistado porque ha querido marcar una diferencia en ella.

Para ella era muy difícil creer que este hombre quisiera salir con una mujer que estaba lisiada, sin embargo, él se sintió inspirado por ella. Sabe por todo lo que pasó y todos los días la anima.

«Ha sido increíble conmigo y con los niños. Siento que lo amo cada día más”, comenta Riana.

Ella está de regreso en el gimnasio, con la ayuda de Keith esta mejor y más fuerte que nunca. Se ha registrado en Models of Diversity y ha conseguido su primer anuncio de televisión.

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