Muchas familias enfrentan dificultades cuando algún miembro toma la decisión de cambiar de género. Pero ahora, una pareja ha demostrado que un cambio tan radical no necesariamente significa el final de una relación.
Taylor y Sarah VanMalsen, son una pareja de Michigan, Estados Unidos, que recientemente habló sobre la dinámica de su relación después de que Taylor hiciera la transición de hombre a mujer.
La pareja se conoció cuando eran adolescentes y finalmente se casaron en 2014. En 2018 su amor se vio consumado con el nacimiento de su hija Valerie. Los VanMalsen parecían una familia idílica, ¿verdad?
Bueno, pues resultó que Taylor realmente había estado luchando con la dismorfía de género. Desde que era niño, Taylor sabía que quería ser mujer pero nunca había encontrado la confianza necesaria para abordar sus sentimientos y pasar por la transición.
Pero, cuando conoció a Sarah, supo que podía ser honesto sobre sus sentimientos y le contó todo sobre su deseo de ser una mujer desde el principio de su relación.
“Sarah fue la primera persona a la que le dije y estaba agradecida por mi honestidad. Al principio fue extraño, porque se quedó conmigo a pesar de que conocía mi secreto”, explicó Taylor.
Sarah admitió que, antes, no estaba completamente segura de lo que realmente era ser transgénero, por lo que no vio ningún inconveniente con su relación:
“Viví una vida bastante protegida y no sabía qué era ser trans, así que cuando Taylor me dijo por primera vez que lo era, dije que estaba bien; le agradecí por hacérmelo saber y seguimos adelante con eso”, afirma la mujer.
Entonces, en 2018, Taylor tomó la gran decisión de comenzar oficialmente la transición. Fue un gran momento para la pareja y Sarah sabía que de esta forma Taylor podía lograr la verdadera felicidad; por lo que ella asistió a sesiones de terapia durante 8 meses para aceptar lo que le estaba sucediendo a su esposo.
“Descubrí que no importaría y todos mis ‘qué pasaría si’, fueron trabajados. Pensé que estaría triste pero no podría estar más feliz. Es reconfortante ver a Taylor realmente sentirse feliz y seguramente ganará algo de confianza en quién es realmente”, dijo Sarah.
Sarah finalmente se convirtió en la fuerza impulsora detrás de la transición de su esposo. La pareja usó sus ahorros de toda la vida y una tarjeta de crédito para gastar 29.000 dólares en una cirugía para reposicionar la frente de Taylor y quitarle la manzana de Adán, además de obtener un aumento de senos y rellenos labiales.
“Mucha gente está interesada en nuestra vida íntima y me pregunta si he tenido una reasignación de género, pero eso aún no está en la agenda. Mi principal prioridad era presentarme como mujer para poder ser yo”, dijo Taylor.
Y, gracias a su transformación, él afirma que su matrimonio es más fuerte que nunca.
“Quiero mostrarle a otras personas trans que todavía puedes estar felizmente casado. Las parejas trans pueden parecer un poco diferentes en el exterior, pero siguen siendo la misma persona aunque más felices”, dijo Taylor.
El estigma arcaico que rodea la dismorfia de género se está reduciendo lentamente y, como resultado, las personas transgénero ahora son aceptadas en sociedades de todo el mundo y pueden vivir sus vidas felices en su propia piel.
El caso de esta familia ha generado un debate, sobre todo por la reacción de la esposa que aceptó el cambio de género de su marido, de quien se había enamorado siendo hombre. Compártelo y comenta tu opinión.