Hace algunos días, un hecho insólito ha dejado estupefactos a millones de personas en todo el mundo, al conocerse del estremecedor hallazgo de un ataúd dejado con un cuerpo al interior.
Al parecer, la fallecida, identificada con el nombre de Gisela, tenía malos hábitos con la bebida y murió como consecuencia de estos. Sin embargo, sus familiares tomaron la increíble decisión de no hacerse cargo del cuerpo.
Simplemente, un día después de velarlo, dejaron tirado el féretro en la vía pública de la zona de Ignacio Zaragoza, en el estado de Puebla, México. El hecho fue reportado, cuando vecinos de la citada junta auxiliar avistaron la urna en la Avenida 16 de Septiembre.
De inmediato, elementos de la seguridad ciudadana se hicieron presentes en el lugar, donde confirmaron la presencia del cadáver de Gisela, quien murió por efecto de una avanzada cirrosis hepática.
Los mismos residentes informaron que la mujer fue velada por sus familiares, quienes luego obviaron el sepelio y procedieron con su tan terrible y deshonrosa actuación.
Por su parte, funcionarios de la Fiscalía General del Estado comenzaron las investigaciones del caso, y autorizaron el traslado del cuerpo al servicio médico forense. Donde se esperó a que se cumpliera el plazo correspondiente para la entrega. Si nadie lo reclamaba, tendría que ser enviado a una fosa común.
Se supo que, el día de su muerte, la desdichada Gisela, de 35 años, se recostó en una banca frente a Zona Militar de Puebla y ya no volvió a despertar.Los familiares recibieron el cuerpo, pero se negaron a realizar el resto de los trámites y optaron por dejar los restos a un lado del asiento.
“Gisela, murió en una banca de concreto, a causa de varios problemas de salud que atravesaba, y actualmente vivía en la calle”, dijo un portavoz de la Fiscalía.
Después de varias horas de haber sido localizado el cadáver, una persona cercana a Gisela pudo ser contactada, y finalmente se llevó los restos en el ataúd. Las autoridades esperan que, esta vez, se honre la memoria de Gisela y se le brinde cristiana sepultura.
“Esperamos que esta mujer, quien se hizo finalmente responsable del cuerpo, le ofrezca cristiana sepultura”, añadieron las autoridades.
Desde hace milenios, sepultar a nuestros seres queridos ha sido un ritual de suma importancia. Es este el último paso después de la desaparición física, que otorga al alma las herramientas simbólicas necesarias para tramitar el sinsentido que la muerte contiene.
Pero, cuando no se tiene un cuerpo para enterrar, ese objeto –que era el otro, el fallecido– y su memoria, queda en una especie de limbo, totalmente a la deriva, atrapado en las redes de la duda acerca de su paradero.
Historias como la de Gisela no son casos aislados. La caridad incluye la obra de misericordia corporal de enterrar a nuestros muertos, además de la obra de misericordia espiritual de rezar por ellos. Así lo hacemos normalmente, pero no los familiares de esta pobre mujer arropada por sus adicciones.
Tal parece que, la actual pandemia ha trastocado ese momento vital de la muerte. Por eso, te invitamos a honrar a tus seres queridos dignamente, en vida y cuando estos ya se hayan despedido. Comparte esta noticia que ha conmovido a miles.