Cuando se crece en una familia tradicional es muy difícil romper con las barreras y dejar de lado los patrones del “deber ser”. Sin embargo, hay quienes deciden enfrentar su círculo familiar más cercano para darles una noticia que no siempre es bien recibida cuando los conceptos de hombre y mujer son percibidos bajo los parámetros tradicionales.
Esto fue lo que pasó a Arielle Keil, una joven de 26 años de edad que nació en una familia filipina tradicional en la ciudad de Davao.
Con el tiempo la familia se muda a Nueva Zelanda, donde creció Arielle.
Al pasar los años Arielle sentía que estaba en el cuerpo equivocado, así que tomó la difícil decisión de hacer un cambio y convertirse en la hermosa mujer que es hoy día.
Naciendo hombre empezó su transición en el 2017 a pesar de tener a toda su familia en contra. Al respecto comenta:
“Salir del armario como hombre gay no era ni de lejos tan aterrador como salir del armario como mujer transgénero. Toda tu vida cambia y también cambia la forma en que la gente te verá para siempre.”
Decirle a su familia el largo proceso al que se sometería, fue por mucho, un gran reto. Al principio no comprendían sus decisiones y hasta la echaron de la casa por no ser el hombre que esperaban que fuera.
Fue cuestión de tiempo para que aceptaran que el hijo varón al que le dieron la vida ahora es una mujer.
Su transición la hizo sentir completamente libre.
A pesar de tener todo en contra, Arielle no se detuvo y realizó su transición. Dice que ahora le ve el “lado positivo” a las cosas ya que su padre la acepta por completo como su hija. Agrega:
“Sabía que ser abiertamente transgénero significaba que gran parte del mundo va a pensar que soy un monstruo enfermo de la naturaleza, pero siempre pienso en esto cuando tomo decisiones: cuando tenga 70 años y esté en mi lecho de muerte, ¿es algo de lo que me voy a arrepentir de haberlo hecho o de no haberlo hecho?
La respuesta fue muy clara. Ya había pasado los años formativos de mi vida con el género equivocado, tampoco quería desperdiciar mis veintes en el cuerpo equivocado.
Esta forma de pensar realmente me ayudó a hablar con mis padres porque sabía que cualquiera que fuera su reacción, esto era algo que tenía que hacer por mí mismo”.0
Arielle no solo enfrentó a su familia sino que hizo historia al convertirse en la primera mujer trans y filipina en ganar Miss Intercontinental New Zealand.
Respecto a esta gran experiencia la joven de 26 años comenta:
“El concurso fue una experiencia increíble. Es algo que he querido hacer durante mucho tiempo, así que vivir mi sueño ha sido increíble.”
Actualmente, Arielle cuenta con el apoyo de gran parte de su familia y de sus seguidores en línea.
Los cambios sin duda, no son fáciles, pero todo marcha mucho mejor si los aceptamos y hacemos de ello una gran experiencia. Finalmente Arielle dice:
“Yo diría a cualquier filipino que emprenda un viaje similar que se mantenga fiel a sí mismo siempre. Nunca dejes que las opiniones de las personas diluyan tu alma como persona. ¡Solo tienes una vida, vívela en tus términos!”
Cuando el mundo comprenda que lo normal es que todos seamos diferentes los prejuicios serán cosas del pasado. ¡Comparte!