Este es uno de esos casos de maltrato infantil que nos destroza el alma, es muy difícil comprender cómo hay personas capaces de atentar contra la vida de un ser inocente que vino al mundo sin pedirlo y depende del cuidado, amor y atención de los adultos.
Umesh, de ocho años, fue atado por sus abuelos, tiene discapacidades visuales, mentales y sus padres, Bhagawati Lal y Manu Devi, fallecieron hace cinco años tras ser diagnosticados con VIH.
Jiva, de 11 años, estaba desnudo atado a un árbol y allí permanecía cada día antes de que su papá saliera a trabajar. Sufre discapacidades mentales y padece deformidades en la pierna derecha.
El pequeño Umesj, estaba en el establo de una vaca en Kolyari, Rajastán, sus abuelos alegaron que lo ataron porque “era violento”.
Su abuela, Peepi Bai, de 75 años dijo que el niño era agresivo y que solía escaparse así que por eso decidió atarlo con una cuerda.
Ella comentó que era un niño normal, pero cuando murieron sus padres su conducta cambió, dijo que ella y su esposo eran muy viejos y que no podían encargarse de costear sus tratamientos médicos ni de cuidarlo, “la única solución era atarlo en el establo”.
Las familias de ambos niños argumentaron que “su intención no era ser tan crueles, pero era la única manera de evitar problemas”.
Jiva Ram, vive en la aldea de Baydi en Udaipur sufre trastornos mentales y su padre Hurma Ram, de 25 años lo ató al árbol antes de irse a trabajar en su granja.
Finalmente, los dos fueron rescatados por organizaciones que trabajan por la defensa de los derechos de los niños después de investigar casos de abandono y abuso.
Al pequeño Umesh lo encontraron boca abajo, no tenía pantalones y su pierna estaba atada a un pedazo de bambú.
Ahora los dos niños están libres, y fueron trasladados a un refugio donde están siendo atendidos por representantes del Comité de Bienestar Infantil en conjunto con la organización Aasra Vikas Sansthan y el Departamento de Derechos del Niño.
El fundador de la organización Bhojraj Sing, había investigado el caso de estos niños, se sorprendió mucho al ver cómo eran violados sus derechos y estaban tatados “como animales”.
Relató que era desgarrador encontrarlos en esas condiciones tan deplorables, “comenzaremos a administrarles el tratamiento a los niños y les ayudaremos a desarrollarse con normalidad, velaremos porque crezcan siendo buenos seres humanos”.
Afortunadamente llegó la ayuda que tanto necesitaban estos pequeños que lamentablemente no conocen la libertad, no saben nada acerca de sentirse seguros, amados, protegidos, disfrutar los momentos especiales de la infancia, ir a la escuela, tener amigos.
Ellos jamás han tenido un día especial para celebrar su cumpleaños ni las Navidades, lo único que han conocido en su corta vida es la horrible pesadilla de sobrevivir solo en las peores condiciones y sin libertad.
Tienen muchas lesiones físicas, pero quizás las heridas de sus corazón sea lo más difícil de recuperar. Pero con amor, todo es posible, así que seguro que saldrán adelante.
No te vayas sin compartir su historia, el maltrato hay que denunciarlo.