Afortunadamente, entre tantos casos en los que prevalece la intolerancia y falta de empatía, surgen actos de solidaridad que nos hacen recuperar la esperanza en la humanidad.
Javier Alakran, dirigente de un equipo de rugby, le regaló a un joven de la calle sus zapatillas deportivas y sin saberlo, era fotografiado por un testigo de su generoso gesto.
El manager de Floresta Rugby Club, aseguró que varios de los jugadores de su equipo sufren una situación económica muy precaria. Por eso se sensibilizó tanto con aquel joven que recogía cartón en la calle para venderlo y obtener algún ingreso.
El hombre había ido al hospital y sabía de una farmacia en la que adquirió sus medicamentos cuando encontró al joven cartonero trabajando descalzo.
En la foto se aprecia cómo está sobre su motocicleta en calcetines mientras el joven se pone las zapatillas que acababa de recibir. Sus dificultades para caminar se habrían aliviado, igual que las lesiones en sus pies producto del contacto con el asfalto y la basura.
Para Javier fue una sorpresa encontrar la imagen en las redes, el hombre de 46 años nunca pensó que un transeúnte vería su gesto y lo registraría con la cámara de su teléfono móvil.
“No sabía que había alguien sacando una foto. Después me enteré de que el muchacho la compartió en Facebook porque le gustó el gesto y se empezó a viralizar. Él se asustó porque se veía la matrícula de mi moto, así que empezó a buscarme por todos lados. Gracias a una amiga de mi señora lo contactamos y conversamos.
“Es mi marido, lo mandé a comprar medicamentos y regresó descalzo”, comentó en la publicación, además, le dijo que no había problema porque se veía la placa de la moto.
Javier está acostumbrado a ayudar a quienes lo necesitan, además de dirigir el equipo de rugby de la Unión de Rugby de Buenos Aires, ayudando a muchos jóvenes en situación de pobreza, ofrece su apoyo a los más desfavorecidos.
Confesó en una entrevista que al ver a ese joven descalzo pensó en los jugadores del club.
“La situación de ese chico se identifica con la de varios jugadores que tenemos en el club. Más ahora, ya que con la pandemia hubo bastante gente que se quedó sin trabajo”, dijo Javier.
Relató que el hecho ocurrió el pasado sábado cuando salía del hospital.
“Esto fue el sábado. En la mañana me habían dado el alta médica por un problema en los pulmones por el cual debí quedarme ingresado en el hospital. Regresé a mi casa y fui con mi hijo a comprar medicamentos a la farmacia, sobre las calles de Rivadavia y Carabobo.
Mientras mi hijo fue al local yo me quedé esperando y vi a un joven empujando el carro con una pierna lesionada y cojeando. Cuando llegó a donde yo estaba le pregunté cuánto calzaba y me dijo 40. Ahí me bajé y le di mis zapatillas. Se me quedó mirando y le dije que eran de él. Se las puso, me miró con una cara de feliz cumpleaños tremenda… me agradeció un montón y se fue con una alegría tremenda”, dijo Javier.
Se conmovió mucho. “Verlo así, descalzo con el frío que hacía me partió el alma”, dijo Javier.
Cuando su hijo Martín salió de la farmacia se asustó al ver a su papá descalzo, pensó que le habían robado, pero él le explicó lo ocurrido. A Martín no le sorprendió porque no era la primera vez que hacía algo así.
Recordó que en una oportunidad su papá le regaló su abrigo a una persona de la calle en pleno invierno.
La foto generó miles de reacciones, y ha sido compartida más de 73 mil veces.
Javier sabe lo que es no tener nada, desde que tenía 9 años tuvo que trabajar con su papá en una carnicería, usaba zapatillas pequeñas porque no le podían comprar unas nuevas e incluso se acostó a dormir sin cenar muchas veces.
“Por eso no quiero que ni mis hijos ni nadie la pase mal”, dijo entre lágrimas.
El par de zapatillas que le regaló al joven era el más nuevo que tenía, en casa le esperaba un viejo par. No le sobra el dinero y se ha visto afectado por las medidas de confinamiento establecidas por la pandemia de coronavirus.
Sin embargo, está dispuesto a ayudar y tiene una actitud positiva: “Hay que seguir poniéndole el pecho, no queda otra”.
Vale la pena compartir este gesto tan noble que nos inspira a no ser indiferentes ante el sufrimiento de los demás.