El 19 de Septiembre de este año es un día muy difícil de recordar para la mayoría de los habitantes de México debido al fuerte sismo de magnitud 7,1 en la escala en la escala de Richter de que vivieron en el país y dejó centenares de pérdidas humanas y a miles de familias damnificadas.
Para Claudia García y su hijo la tragedia fue doble, ya que el esposo de Claudia, el señor Rodolfo, murió a causa del derrumbe del edificio 286 de Álvaro Obregón en la colonia Condesa, en Ciudad de México.
El señor Rodolfo tenía 46 años, trabajaba en un taller donde pintaba muebles; para la familia era un padre amoroso, responsable y era el único integrante de la familia que tenía trabajo y llevaba dinero a casa.
Pero sin duda los mayores lamentos de esta humilde familia al enterarse su muerte es que él iba a salvarle la vida a su hijo de 19 años que padece insuficiencia renal crónica y su esperanza de vida era su papá que ya se había confirmado como donador compatible.
Para la familia de Claudia García y su hijo fueron trágicos los días que trascurrieron desde el terremoto hasta que finalmente, quince días después, confirmaron en el campamento de la zona cero que su esposo, siendo el último encontrado por los rescatistas bajo los escombros del edificio, estaba muerto.
Demoraron cuatro horas en sacarlo después de encontrar el cuerpo que estaba en el quinto piso del edificio en una zona de difícil acceso, Rodolfo trabajó ahí desde el mes de junio para mantener a su familia, dejó a su esposa y tres hijos.
Nunca me imaginé que me fuera a pasar algo así, me tocó, no sé por qué. Ahora el problema es la enfermedad de Alexis, no sé qué vamos a hacer porque se supone que le harían el trasplante, yo no trabajo. Dependíamos de Rodolfo”, cuenta Claudia.
Claudia añade que conforme pasaban los días la esperanza de que su esposo se encontrara vivo se reducía:
Llegaban los olores de los cuerpos que se estaban descomponiendo. Decía yo, es muy difícil, para los 10 días, les dije a mis hijos que se hicieran a la idea de que su papá no esté vivo… No sé qué es más pesado, si esperar, pasar frío o no tener una respuesta. No le podíamos llorar ni llevar el luto”.
Por ahora, Claudia y su familia están preocupados por el futuro, dicen que vendrán días difíciles tras la pérdida de Rodolfo, ya que las cuentas siguen aumentado y que Alexis, su hijo de 19 años, debe esperar un nuevo donante compatible y mientras eso sucede no puede salir a la calle a estudiar o trabajar porque debe estar conectado a una máquina de diálisis para sobrevivir.
Esta historia nos conmovió el corazón, esperamos que encuentren la ayuda que necesitan. Compartamos un mensaje de solidaridad.